Los jabones en barra están diseñados para remover la suciedad y la grasa de la piel. Sin embargo, diversos expertos dermatológicos advierten que los potentes componentes esenciales de estos productos de higiene personal podrían tener un efecto negativo si son utilizados en la limpieza facial.
La elección para una rutina de limpieza de la cara debe apuntar a productos que mantengan el equilibrio de los elementos de la barrera natural de la piel, recomiendan los especialistas.
El poder de los surfactantes
Para poder cumplir con su objetivo, los jabones comunes en barra están hechos con químicos llamados surfactantes o tensoactivos. Estos químicos tienen la función principal de disolver la mugre y la grasa, ayudando al agua con la limpieza de cualquier superficie.
Los surfactantes están presentes en casi todos los productos de limpieza conocidos y se dividen entre provenientes de detergentes sintéticos y basados en jabón. Los jabones en barra están fabricados con componentes que pertenecen a esta última categoría.
Limpieza excesiva que arrasa con lo bueno
Los surfactantes basados en jabón utilizados para la fabricación de jabones en barra tienen un potente efecto sobre la limpieza de cualquier superficie. Sin embargo, una limpieza excesiva puede arrasar con elementos que la piel de la cara necesita y traer consecuencias negativas como:
- Resequedad, enrojecimiento e irritación.
- Eliminación del factor hidratante de la piel.
- Aniquilación del microbioma de la piel.
No todas las bacterias son dañinas
El efecto arrasador de la barra de jabón tiende a eliminar por completo bacterias, virus, hongos y demás microbioma de la superficie facial. Sin embargo, no todo el microbioma debe ser exterminado.
Al contrario, algunos de estos elementos son beneficiosos para la salud de la piel y ayudan a combatir problemas dermatológicos como el acné y la dermatitis atópica.
En resumen, si se desea tener un equilibrio del microbioma en la piel de la cara, se debe utilizar otro tipo de limpiadores cuyo efecto no sea tan agresivo como el generado por las barras de jabón.
Muchos dermatólogos concuerdan con que ni siquiera es necesario usar jabón para mantener la piel limpia, pues basta con un poco de agua tibia para remover la suciedad y la grasa facial sin eliminar los componentes y aceites naturales de la piel.
