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El sangriento crimen que destapó a decenas de víctimas de un psiquiatra depredador sexual

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Edmundo Chirinos murió en prisión domiciliaria.
El sangriento crimen que destapó a decenas de víctimas de un psiquiatra depredador sexual

Roxana Vargas, una estudiante venezolana de 19 años que soñaba con trabajar en televisión, fue asesinada en el año 2008. La noticia no solo impactó a la opinión pública, sino que reveló el verdadero rostro de Edmundo Chirinos, un afamado psiquiatra y exrector de la universidad más prestigiosa del país, que incluso llegó a competir por la presidencia.

Chirinos fue hallado culpable del crimen que dejó al descubierto una trama de abusos, manipulación y decenas de víctimas. En su momento, el caso recibió amplia cobertura mediática por dos razones: la prominencia del asesino y la bitácora de su víctima, que había documentado los abusos en un blog.

Princesas

Vargas había nacido y crecido en el seno de una familia conservadora en Valle de la Pascua, estado Guárico, en el centro del país. Según contó su hermana Mariana, era una niña alegre y disciplinada, pero su ánimo se quebró al llegar a la adolescencia porque empezó a sentirse "fea, gorda y sola".

Fue cuando comenzaron los trastornos de la conducta alimentaria: anorexia nerviosa y bulimia. En paralelo, empezó a autolesionarse, a esconder los cortes bajo la ropa y a llevar un diario sobre sus padecimientos, que publicaba en forma de blog.

Sin embargo, su deseo era estudiar Comunicación Social en Caracas, ciudad a la que se trasladó para empezar su carrera en la Universidad Santa Rosa con una beca. No obstante, la familia notó que el deterioro de ella continuaba y decidieron llevarla a la consulta psiquiátrica de Chirinos.

Las referencias del psiquiatra no podían ser mejores. Chirinos había atendido años antes a la madre de Roxana por un cuadro de depresión y estaba considerado como una eminencia en el campo de la salud mental. Además, había sido rector de la Universidad Central de Venezuela (UCV), candidato presidencial y miembro fundador del Colegio de Psicólogos del país.

A partir de 2007, la estudiante de periodismo fue paciente de Chirinos, quien le diagnosticó esquizofrenia y le dictó como tratamiento unas "curas de sueño". No obstante, tiempo después, Roxana le contó a su familia que había sido violada durante las sesiones de terapia.

Según su hermana, la joven también había visto cómo el psiquiatra abusaba de otras pacientes y planeaba una venganza.

El regreso

Tras el abuso del psiquiatra, la joven regresó a su casa materna en Guárico, pero al cabo de unos meses quiso retomar sus estudios en Caracas con la meta de entrar en un canal de televisión y denunciar a Chirinos. Por eso, volvió a frecuentar al médico.

Según narró su hermana, una semana antes de ser asesinada, Roxana había logrado que la contrataran en un canal de televisión. Sin embargo, la noticia no fue bien recibida por el psiquiatra, quien la habría amenazado por teléfono con la frase: "¿Sabes que yo puedo mandarte a matar?".

Roxana puso al tanto de la situación a su madre y hasta le facilitó los números telefónicos del psiquiatra, por si le pasaba algo. La profecía se cumplió y, al cabo de siete días, la joven desapareció. 

La madre de Roxana acudió de inmediato a la policía científica y denunció a Chirinos. Tres días más tarde, el 14 de julio de 2008, el cuerpo de su hija apareció en un terreno baldío de Caracas con una herida en la cabeza.

Condena

Pese a los señalamientos en su contra, Chirinos negó de inmediato su vínculo con el crimen. En una entrevista televisiva, el médico incluso apareció sonriendo y haciendo chistes sobre el supuesto "amor" que le profesaban tanto Vargas, como otras mujeres que acudían a su consulta.

"¿Por qué una joven, de las tantas que asesinan todos los fines de semana, la relacionan conmigo? ¿Porque fue paciente mía?", se preguntó con sorna en esa misma intervención, tras dejar claro que los "pacientes masculinos" no le profesaban el mismo afecto.

La aparición en televisión para defenderse tuvo un efecto contrario. Decenas de mujeres empezaron a denunciar los presuntos abusos que sufrieron en el consultorio de Chirinos, que fue allanado días más tarde. 

Como resultado del allanamiento, las autoridades encontraron rastros de sangre de Vargas, uno de sus zarcillos y unas 1.200 fotos de pacientes desnudas, que habrían sido abusadas sexualmente por el psiquiatra mientras se encontraban sedadas.

En septiembre de 2010, Chirinos fue condenado a 20 años de prisión por la muerte de Vargas, acaecida el 12 de julio de 2008, luego de que la Fiscalía presentará pruebas por el cargo de homicidio intencional.

El psiquiatra, que presumía de haber tratado a tres presidentes, fue encontrado muerto en su residencia, donde cumplía arresto domiciliario por asesinato.

Secuelas de un crimen

La familia Vargas quedó marcada por ese suceso. El padre murió de depresión en 2009. La madre, Ana Teresa Quintero Morales, sostuvo la lucha judicial hasta obtener la condena y luego intentó rehacer su vida. Murió en 2016 de un infarto fulminante.

Su hija menor recuerda hoy la serenidad de su madre frente al asesino de Roxana en los tribunales: "Ella nunca le tuvo miedo. Le dijo en la cara: eres el culpable de la muerte de mi hija".

El caso de Roxana Vargas sigue siendo uno de los episodios más oscuros de la historia reciente venezolana: el crimen que derrumbó la reputación de un médico influyente y destapó una red de abusos silenciados por años.

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