'Eloísa Cartonera', la editorial argentina que nació de la crisis de 2001 y ahora busca sobrevivir a la debacle económica
Eloísa Cartonera es la primera cooperativa editorial cartonera del mundo, nació luego de la crisis argentina de 2001 y dio lugar a medio centenar de otras iniciativas similares. Reciclan cartón, producen libros de los más variados autores nacionales e internacionales y venden a precios accesibles para muchos y muchas. Sin embargo, casi dos décadas y más de 200 títulos después del inicio, una nueva debacle económica del país les dificulta mantenerse a flote.
"La cooperativa está estabilizada pero atravesando una situación muy dura. Los libros se venden muy poco. Siempre fue difícil mantenerse pero sobre todo los últimos cuatro años: estamos sobreviviendo", dijo a RT el escritor y cofundador de la cooperativa, Washington Cucurto.
La historia
En pleno auge de la crisis económica post 2001, el escritor nacido en Quilmes Cucurto (seudónimo de Santiago Vera) se juntó con dos artistas (Javier Barilaro y Fernanda Laguna) y formaron la editorial Eloísa. A medida que pasaban los meses, la situación económica del país empeoraba y el papel era cada vez más caro. Por eso, en 2003, se convirtieron en cooperativa y empezaron a reciclar.
En paralelo, estaba en ebullición el fenómeno de los cartoneros: hombres y mujeres que vivían (y viven) de juntar cartones en la vía pública. De hecho, acababa de promulgarse la Ley 992 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que regulaba la actividad de 'Cartoneros o Recuperadores Urbanos' y los incorporaba al Servicio Público de Higiene urbana de la ciudad. Hoy la mayoría están organizados en la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr), que agrupa 15.000 cartoneros de más de 100 cooperativas de todo el país.
Una editorial que comprara parte de ese cartón y lo reciclara le vino como anillo al dedo a un momento de desesperanza del país: convertir los desechos primero en trabajo para los cartoneros y luego en libros para todos y todas. Así nació y así creció. Publicaron desde el Martín Fierro traducido al mandarín hasta el alemán Timo Bergerlos, pasando por Ricardo Piglia, Néstor Perlongher, Fabián Casas, la peruana Carmén Olleun, Fogwill, Salvadora Medina Onrubia, Tomás Eloy Martínez, Marcelo Cohen, Alan Pauls, Juan Diego Incardona, Dani Umpi, Rodrigo Rey Rosa (Guatemala), Sergio Parra (Chile), Julián Herbert (México), Camila Do Valle (Brasil) o Mario Levrero (Uruguay).
Alejandro Miranda, trabajador de la cooperativa, remarca que todos los acuerdos con los autores los charlan de palabra y no hay dinero a cambio. "Hay una mezcla de gente conocida, gente que no, gente que es conocida en otros lados y acá no, es una combinación", dijo Miranda.
En su momento, la agencia de noticias estatal Télam recopiló las opiniones de algunos de los más grandes autores. Piglia definió a Eloísa Cartonera como "un modo en que los escritores encuentran formas de conectarse con las nuevas situaciones sociales"; Fogwill destacó que funciona "como recordatorio de la condición lumpen y marginal de toda buena literatura" y Tomás Eloy Martínez dijo que los objetos estaban destinados a "ser joyas de coleccionistas".
Y es que la estética de cada libro es única: como la tapa está pintada a mano, no hay uno igual al otro. Poco ortodoxos, separan las sílabas como venga, ponen el título o el autor de forma aleatoria y le imprimen el sello de la originalidad. "Hay gente a la que no le gustan los libros así pero quiere leer a César Aira. Hay gente que no es lectora pero le gusta el objeto porque le parece lindo y quizá se lo regala a alguien. Hay otras personas a las que les gusta lo extra artístico, lo extra literario, el hecho de que sea una cooperativa, el lado político", analiza Miranda. Y concluye: "A la gran mayoría les gusta todo, es como un sueño progre juntar todos esos elementos".
El primer local que habitaron fue en el barrio porteño de Almagro y compartían espacio con una verdulería. Después se mudaron al mítico La Boca, cerca de La bombonera (cancha de Boca Juniors). Ahí fueron declarados por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires centro de interés cultural de ese barrio.
El presente
En 2016 se achicaron a un espacio en la zona de Almagro, donde todavía están. En el medio, tuvieron un puesto de revistas en el que comercializaban los libros. Era en Corrientes y Paraná (pleno centro, cerca del Obelisco). Pero a principio de este año el Gobierno de la Ciudad los echó. "Decían que era peligroso para la vía pública cuando hicieron [la avenida] Corrientes peatonal y nos sacaron. Eso nos mató porque lo poco que vendíamos lo vendíamos por ahí y nos vinimos muy en picada", contó Cucurto.
La crisis que llegó a Eloísa afecta a toda la industria editorial. Según un informe de mitad de este año del Observatorio Universitario de Buenos Aires (Facultad de Filosofía y Letras), "editoriales, libreros y cámaras de la industria editorial argentina confirmaron en los primeros meses de 2019 su peor crisis histórica agravada por los millones de volúmenes perdidos y por la generación de verdaderos daños estructurales".
En el desarrollo del estudio se cuenta que, desde 2016, se publicaron menos de la mitad de ejemplares en comparación con el récord positivo histórico de 2014. "Ya hoy la gente prácticamente no compra libros, todo el sector está muy mal. No se produce papel en la Argentina, escasea, el dólar sube todos los días, no hay forma de hacer un libro", resalta Cucurto.
Entre otros factores que llevaron a la debacle al sector, el informe de la Universidad detalla la retracción del consumo generalizada, la inflación acumulada de más del 200 % y la devaluación. Como resultado, una baja de ventas de al menos 36 % y la pérdida de cerca del 35 % de puestos de trabajo directos e indirectos. Además, cerraron centenas de librerías.
Miranda reflexiona: "Es como las Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas), el aparato productivo del país está el 50 %, se tienen las máquinas pero como no hay a quien venderle, no se produce. Nosotros digamos que estamos bien (para haber salido de la nada) pero no vendemos. Estamos virtualmente desempleados".
- En el mundo
Después del nacimiento de Eloísa, proliferaron las editoriales cartoneras. Sólo en Argentina, hay ocho más (entre ellas, La Sofía Cartonera de Córdoba o Vera, de Santa Fe). Pero también existe en Alemania (PapperLaPapp), en Chile hay más de una decena, igual que en España. En Guatemala están La Cabuda y Pirata. Y más.
Julia Muriel Dominzain
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