El estudio de los sedimentos de un lago sugiere que los vikingos habrían abandonado Groenlandia debido a la sequía
Uno de los grandes misterios de la historia medieval tardía es por qué los vikingos abandonaron a principios del siglo XV los asentamientos prósperos del sur de Groenlandia que habían establecido en el año 985.
Una nueva investigación, liderada por la Universidad de Massachusetts Amherst, pretende desmentir la vieja teoría relacionada con la Pequeña Glaciación, un período de frío que duró desde el siglo XIV hasta mediados del XIX.
No fue la caída de las temperaturas lo que hizo que los vikingos abandonaran la isla, sino la sequía, según el estudio hecho público el 23 de marzo.
Según la Saga de Eric el Rojo, los vikingos se establecieron en Groenlandia porque Eric el Rojo fue expulsado en un primer momento de Noruega (junto con su padre) y luego de Islandia. En ambas ocasiones por cometer asesinatos. Llegó a la isla en 982, y unos años más tarde otros islandeses navegaron a Groenlandia atraídos por sus historias sobre la nueva tierra. Entre 986 y 987 fundaron dos asentamientos.
La colonia prosperó y mantuvo relaciones comerciales con Noruega y Dinamarca. Uno de los bienes que más comercializaban era el colmillo de morsa, del cual se tallaron decoraciones, incluso para templos. Pero gradualmente, en Europa este bien fue reemplazado por el marfil de África. El comercio se debilitó y luego los lazos comerciales de la colonia de vikingos isleños se interrumpieron casi por completo.
Las investigaciones modernas han demostrado que la colonia dejó de existir a principios del siglo XV. La hipótesis principal de su desaparición es el cambio climático asociado con el comienzo de la Pequeña Glaciación.
El nuevo estudio de los científicos estadounidenses, que refutó esta hipótesis, reconstruyó la evolución histórica de la temperatura y el hidroclima a partir de los sedimentos de un lago ubicado cerca de una antigua granja nórdica.
El equipo de Raymond Bradley, un geocientífico de la Universidad Amherst, pasó tres años excavando y estudiando muestras de material del lecho de lago. Analizó lodo de sedimentos, bacterias y materia vegetal en descomposición, pero no encontró cambios sustanciales de temperatura durante el período del asentamiento. Lo que observó fue que la región experimentó una tendencia persistente a la sequía, llegando a su punto más crítico en el siglo XVI, según el estudio publicado en Science Advances.
"Lo que descubrimos es que, mientras la temperatura apenas cambió en el transcurso del asentamiento nórdico del sur de Groenlandia, [el clima] se volvió cada vez más seco con el tiempo", comentó el geocientífico Boyang Zhao, uno de los participantes del estudio.
Los granjeros nórdicos se veían obligados en invierno a alimentar su ganado con forraje. Pero con un clima cada vez más seco, se redujo notablemente la producción de pasto, que era esencial para que el ganado se alimentara.
"Y esta tendencia a la sequía coincide con un cambio en la dieta de los nórdicos", sostiene el estudio.
Las presiones económicas causadas por una sequía prolongada jugaron un papel más importante que los cambios leves de temperatura a la hora de socavar la viabilidad del asentamiento, concluyen los científicos.