El Mossad, el servicio de inteligencia israelí, estuvo más de dos años planeando la operación para hacer estallar dispositivos de comunicación utilizados por miembros del movimiento chiita libanés Hezbolá, informa The Washington Post citando sus fuentes. Sin embargo, empezó a introducir explosivos en estos aparatos mucho antes.
Según sus datos, la idea de detonar buscapersonas surgió en 2022, durante la relativa calma en la frontera entre Israel y Líbano y más de un año antes del atentado del movimiento palestino Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. Años antes, en 2015, el Mossad comenzó a ingresar en el Líbano walkie-talkies con trampas explosivas, que se utilizaban para realizar escuchas telefónicas y podían detonarse si la situación se deterioraba.