¿Qué le espera a Europa tras la suspensión del tránsito de gas ruso a través de Ucrania?
Transcurridas las primeras horas del 2025, el gas ruso dejó de ser suministrado a Europa a través de Ucrania. El gigante energético ruso Gazprom declaró que se ha visto "privado de la posibilidad técnica y jurídica" de continuar con el suministro, "debido a la negativa repetida y claramente expresada de la parte ucraniana de renovar estos acuerdos".
"Finalizó la validez de los documentos firmados el 30 de diciembre de 2019: el acuerdo entre Gazprom y Naftogaz para la organización del transporte de gas ruso a través del territorio de Ucrania y los acuerdos de cooperación entre los gestores de redes de transporte de gas rusos y ucranianos", comunicó la compañía.
El líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, ha declarado en más de una ocasión que Ucrania no prorrogaría el contrato de tránsito de gas ruso a través de su territorio y que no permitiría que Rusia "gane miles de millones adicionales" con él.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo el pasado jueves que Ucrania ahora "está castigando a Europa, cerrando el contrato de tránsito para el suministro de gas a Europa". "Y allí no lo tienen fácil: el precio del gas ya ha subido a 500 dólares por 1.000 metros cúbicos", enfatizó.
¿Quién se verá afectado?
La red de tránsito de Ucrania está conectada a los sistemas de gasoductos de Moldavia, Rumania, Hungría, Polonia y Eslovaquia y a continuación con los de Austria e Italia. El país más afectado por la decisión de Ucrania será Eslovaquia, puesto que depende de los suministros rusos para garantizar el flujo de, aproximadamente, dos tercios de la demanda.
De igual modo, Moldavia podría verse seriamente afectada, ya que genera gran parte de su electricidad en una central eléctrica alimentada con gas ruso y tendrá que reducir su consumo de gas. La medida también ha afectado ya a Transnistria, una república moldava autoproclamada donde ya se cortó la calefacción y el agua caliente.
En general, la Unión Europea (EU) depende en gran medida de las importaciones de gas, que en 2023 alcanzaron el 85 %.
"Drástico" impacto
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, declaró esta semana que la interrupción del tránsito de gas a través de Ucrania tendrá un impacto "drástico" en todos los países de la Unión Europea, pero no en Rusia. "Es por eso que continuaré aplicando una política coherente orientada hacia los cuatro lados del mundo", dijo el jefe del Gobierno eslovaco.
Entretanto, en una carta abierta remitida a los dirigentes de la Unión Europea días antes del cese del suministro, Fico advirtió que la suspensión del tránsito aumentaría los precios de gas en todo el bloque, lo que se traduciría en un costo anual adicional de 40.000 a 50.000 millones de euros para los hogares y la infraestructura de la UE. En cuanto a las posibles pérdidas de Rusia, ascenderían a unos 2.000 millones de euros, es decir, sólo alrededor del 3 % de todas las causadas a los 27 Estados miembros de la UE.
¿Qué alternativas tiene Europa?
El gas ruso llega a Europa no solo a través de Ucrania, sino también por el gasoducto TurkStream, que discurre bajo el mar Negro y cuenta con dos líneas, una de las cuales se usa para el mercado interno turco y la otra para abastecer a clientes de Europa central, como Serbia o Hungría.
Por otra parte, Europa cuenta con fuentes de gas alternativas, incluido el gas natural licuado (GNL) procedente de otros países. En el primer trimestre de 2024, la mitad de las importaciones de GNL de la UE llegaron de EE.UU., mientras que algo más de la mitad de las importaciones por gasoducto (el 54 %) lo hizo desde Noruega, que se ha convertido en el mayor proveedor de gas a la UE, seguido por EE.UU. y Rusia.
En cuanto al papel del país euroasiático, la UE también ha aumentado sus importaciones de gas ruso, pese a las sanciones impuestas por el propio bloque comunitario y después de los recortes aplicados en 2022 debido al cambio de política tras el inicio de la operación militar especial en Ucrania.
Si entre los mayores compradores de gas ruso en la UE figuran Austria, Eslovaquia y Hungría, el gas natural licuado ruso transportado en buques cisterna sigue siendo importado por España, Francia, Bélgica y Países Bajos.
Estas fuentes alternativas, equivalentes a lo que podría suponer el GNL de Catar y EE.UU., son más costosas que las transportadas por el gasoducto ruso. Por otra parte, los suministros de GNL peligran en medio de las recientes amenazas del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, de imponer aranceles a los suministros a Europa y a la posibilidad de que Doha detenga los envíos debido a la nueva legislación de la UE sobre emisiones de carbono, que prevé multas por incumplimiento de los requisitos con un límite máximo de al menos el 5 % de los ingresos globales anuales de la empresa.