
¿Qué hay detrás de las exclusiones de Trump de nuevos aranceles?

La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, excluyó este sábado los celulares, computadoras, procesadores, discos duros y chips de los aranceles recíprocos, lo que resultó ser un alivio, aunque puede que efímero, para las empresas tecnológicas de EE.UU., señaló Bloomberg.
Según resalta la agencia, la pausa será una buena noticia tanto para los consumidores, algunos de los cuales ya habían comprado nuevos dispositivos ante el posible aumento de precios, como para las grandes empresas tecnológicas. Las exenciones abarcan casi 390.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses, incluidos más de 100.000 millones de dólares de China.

La medida supone el primer alivio desde que Washington implementó los aranceles, una acción que provocó la respuesta de la comunidad internacional.
Al eximir los productos de tecnología de las nuevas listas tarifarias, Trump le otorgó una importante victoria a la compañía Apple, que todavía depende en gran medida de China en materia de fabricación de dispositivos, e incluso se espera que las acciones suban el lunes que viene después de una caída del 11 % este mes. Los aranceles anunciados eran peores de lo que Apple podría haber esperado, que recibió un golpe más duro que cualquier otro gigante tecnológico.
Con el objetivo de depender menos de Pekín, Apple ya había planteado la necesidad de ajustar su cadena de suministros para fabricar más iPhones con destino a EE.UU. en la India, lo que hubiera supuesto gravámenes mucho menores. Los ejecutivos de la empresa suponían que esa era una solución a corto plazo para evitar tanto el exorbitante arancel chino del 125 % como fuertes subidas de precios.
Por otra parte, el drástico aumento de aranceles al país asiático, al igual que a otros países de la región donde Apple fabrica sus productos, hizo que la empresa, según reportes, a finales de marzo trasladara de sus fábricas en Asia a EE.UU. cinco aviones cargados con dispositivos para eludir los nuevos gravámenes.
Mientras, los expertos, si bien concuerdan con que el traslado de la producción al suelo estadounidense haría económicamente inviable todo el negocio, han ofrecido sus estimaciones de cuánto costaría un iPhone fabricado en el país norteamericano. Dan Ives, analista de la empresa de servicios financieros Wedbush, vaticina que el precio sería de 3.500 dólares.
No obstante, una ruptura total con China, centro de fabricación de Apple durante décadas, sería improbable. Si bien Trump ha presionado a Apple para que fabrique iPhones en Estados Unidos, la falta de talento nacional en ingeniería y fabricación lo haría casi imposible a corto plazo.
Desde que se anunció una ola de aranceles el 2 de abril, los grupos de interés de Apple y otras compañías tecnológicas han estado presionando a la Casa Blanca para que realice exenciones.