
Kaliningrado, el estratégico enclave báltico ruso rodeado por la OTAN y que le quita el sueño

Las fuerzas de la OTAN últimamente han intensificado los ejercicios militares a gran escala en las cercanías de la provincia rusa de Kaliningrado. Sus escenarios incluso prevén una eventual ocupación de esta región, cuya posición estratégica y capacidades de defensa le quitan el sueño a Occidente.
Políticos y expertos occidentales hablan sobre la desmilitarización de Kaliningrado, su renombramiento o hasta el aislamiento del resto de Rusia. Estas ideas empezaron ya mucho antes del inicio de la operación especial militar rusa y siguen cobrando fuerza.
Posición estratégica
La provincia de Kaliningrado es uno de los principales puertos rusos con acceso al mar Báltico. Tiene una ubicación geográfica excepcional: está separada del resto de Rusia por unos 800 kilómetros de distancia y se encuentra rodeada por naciones de la Alianza Atlántica: al sur limita con Polonia y al norte y este con Lituania. Con ello, las capacidades de defensa del enclave le permitirían a Moscú dar una respuesta contundente al agresor en caso de un hipotético conflicto.

Kaliningrado cuenta con un importante contingente de la flota y agrupación terrestre de tropas rusas que disponen de varias armas para contener una posible agresión, incluido el sistema de los misiles táctico-operativos Iskander, capaces de transportar ojivas nucleares.

A pesar de que Rusia en repetidas ocasiones ha subrayado que "jamás ha amenazado a nadie" y que está en su derecho soberano de desplegar armas en el territorio nacional, el poderoso arsenal de la provincia de Kaliningrado es usado por los gobiernos europeos para inculcar a sus ciudadanos la idea de una supuesta amenaza que radica en este enclave, mientras la OTAN lo usa como un pretexto para realizar maniobras en las cercanías de la frontera rusa en la zona.
La OTAN: escenarios de conflicto y ocupación
A finales de abril, el asesor presidencial y exdirector del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), Nikolái Pátrushev, denunció que uno de los objetivos de los ejercicios de la OTAN cerca de las fronteras rusas es la toma de la provincia de Kaliningrado.

"Por segundo año consecutivo, la OTAN lleva a cabo cerca de nuestras fronteras los ejercicios más grandes en las últimas décadas, en los que practica escenarios de las acciones ofensivas a lo largo de un amplio territorio: desde Vilna hasta Odesa, la toma de la provincia de Kaliningrado, el bloqueo de la navegación en los mares Báltico y Negro, ataques preventivos contra las bases permanentes de las fuerzas rusas de disuasión nuclear", afirmó.
Precisamente este martes, la Alianza Atlántica lanzó los ejercicios navales anuales Baltops 2025 en el mar Báltico con la participación de 16 aliados de la OTAN, más de 40 barcos, 25 aeronaves y aproximadamente 9.000 efectivos. Desde la Cancillería rusa calificaron estas maniobras como "extremadamente provocativas", ya que forman "parte de los preparativos para enfrentamientos militares con Rusia" y buscan "lograr la superioridad en todos los entornos operativos: tierra, agua y aire".
"Si tenemos en cuenta el enfoque de estos ejercicios, su concepto, la estructura del despliegue de fuerzas, las propias fuerzas, su calidad y las tareas formuladas para estas maniobras, se trata de una lucha contra un enemigo comparable: es decir, Rusia", declaró el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexánder Grushkó.
Ante esta postura de la OTAN, Moscú también lleva varios ejercicios militares planificados en la zona. Así, este 2 de junio el Ministerio de Defensa de Rusia mostró el funcionamiento de los sistemas de misiles costeros Bastión de la Flota del Báltico.
Además, la Flota del Mar Báltico de la Armada rusa realizó recientemente ejercicios navales planificados en los que simuló una diversa gama de enfrentamientos con potenciales fuerzas enemigas cuyo objetivo radicó en el mantenimiento de las operaciones de defensa en sus bases de la zona.

Aspiraciones de invasión
Mientras tanto, medios y analistas occidentales desde hace años califican la provincia de Kaliningrado como "la peor pesadilla" de la Alianza Atlántica, mientras alertan de las supuestas amenazas de este "portaviones insumergible de Rusia en las profundidades del territorio de la OTAN".
Así, la analista del Lexington Institute de EE.UU., Sarah White, en un artículo publicado en enero de 2022 indicó que desde la "fuertemente armada" provincia de Kaliningrado, Moscú podría abrir un segundo frente en un eventual conflicto con la OTAN que "podría experimentar una ofensiva devastadora prácticamente desde el interior de su propia casa".
Tras el comienzo de la operación militar especial, la retórica occidental sobre la supuesta "amenaza" que representa esta región rusa para Occidente se intensificó y se multiplicaron las advertencias de hipotéticos ataques.
De hecho, a principios de este año el grupo de expertos Atlantic Council instó a la Administración Trump a "desmilitarizar Kaliningrado y tal vez incluso devolverlo a la familia de Estados europeos".
Historia de la adhesión
La provincia de Kaliningrado fue formada tras la Conferencia de Potsdam de 1945, donde se decidió que la parte norte del territorio de Prusia Oriental de Alemania se transfiere a la URSS.

Allí se estableció el Distrito Militar Especial de Königsberg que el 7 de abril de 1946 fue transformado por el gobierno soviético en la provincia de Königsberg y posteriormente renombrada en honor del funcionario soviético Mijaíl Kalinin.

Cabe destacar que anteriormente estos territorios ya habían formado parte del Imperio ruso en el siglo XVIII.
La ciudad de Königsberg se convirtió en parte de Rusia como resultado de la Guerra de los Siete Años, sin embargo, tras la muerte de la emperatriz Isabel I de Rusia, su sucesor, Pedro III, devolvió en ese entonces todos los territorios conquistados al rey de Prusia, Federico II, incluido Berlín y Königsberg.
