Detienen a un árbitro de fútbol en pleno partido bajo cargos de narcotráfico (VIDEO)

Un árbitro fue detenido durante un partido de fútbol en la ciudad brasileña de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, por presuntamente hacer parte de la logística que empleaba una organización criminal para almacenar narcóticos, reporta G1.

Se trata de un hombre de 38 años identificado como Ederson Carlos da Silva, quien fue capturado el pasado 22 de junio mientras arbitraba la final de un campeonato local en el marco de la ejecución de una orden de captura preventiva que había emitido la Justicia.

El delegado de la Unidad de Investigaciones de Estupefacientes de la Policía, Eduardo Camargo Lima, refirió al medio que el caso inició con la incautación de 450 kilos de cocaína en la capital estadal. Entonces, las fuerzas del orden detuvieron en flagrancia a un conductor de camión y a un hombre que escoltaba la carga, que tenía como destino final Guarujá.

De acuerdo con la investigación, Da Silva tenía a su cargo el almacenamiento de grandes cantidades de cocaína y, a estos efectos, usaba casas alquiladas por la estructura delictiva para almacenar la sustancia ilícita, que posteriormente era distribuida de forma masiva.

Búsqueda y captura

En noviembre pasado, la Policía aprehendió a otros cinco hombres que pertenecían a la organización criminal, uno de los cuales usaba bolsas de tapioca (almidón derivado de la yuca) como camuflaje. El resto de los miembros de la banda, entre ellos Ederson, no pudieron ser localizados y pasaron a figurar en la lista de buscados por el Departamento de Justicia.

"Según su historial y todo lo que pudimos averiguar, trabajaba como capataz en una empresa. No teníamos información de que arbitrara partidos de fútbol. Como no lo encontramos, lo buscamos y luego la gente de Guarujá logró detenerlo", detalló Lima.

El jefe de la Comisaría de Guarujá, Glaucus Vinícius Silva, dijo a los periodistas que el árbitro pudo ser ubicado porque estaba adscrito a sindicatos y asociaciones, por lo que tenía exposición pública. Sus rastros permitieron que los funcionarios compararan sus datos con los del Banco Nacional de Medidas Penales y Carcelarias.