
Washington sanciona a la relatora de la ONU que acusó a Israel de "genocidio"

EE.UU. impuso sanciones a la relatora especial de la ONU sobre la cuestión palestina, Francesca Albanese, quien acusó a Israel de "genocidio".
La decisión fue tomada por el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, quien justificó la medida contra Albanese, al considerar que ha hecho "esfuerzos ilegítimos y vergonzosos para impulsar acciones en la Corte Penal Internacional (CPI) contra funcionarios, empresas y ejecutivos de EE.UU. e Israel".
"La campaña de guerra política y económica de Albanese contra EE.UU. e Israel ya no será tolerada. Siempre apoyaremos a nuestros socios en su derecho a la legítima defensa. EE.UU. seguirá tomando las medidas que consideremos necesarias para responder a la guerra legal y proteger nuestra soberanía y la de nuestros aliados", agregó Rubio en su publicación en X.
Situación "apocalíptica"
Recientemente, Albanese señaló que Israel es responsable "por uno de los genocidios más crueles de la historia moderna".

Indicó que "la situación en el territorio palestino ocupado es apocalíptica", debido al gran número de víctimas, cuya cantidad de muertos y heridos ya ha superado más de 200.000 personas.
Al respecto, agregó que los palestinos siguen "soportando un sufrimiento inimaginable" con Israel desmantelando la ayuda humanitaria de la ONU. "Su llamada Fundación Humanitaria de Gaza no es más que una trampa mortal diseñada para matar o forzar la huida de una población hambrienta y marcada para la eliminación".
También comentó que "Israel ha utilizado el genocidio como una oportunidad para probar nuevas armas, personalizar vigilancia, [utilizar] drones letales, sistemas de radar y tecnología tripulada para exterminar a una población sin restricción".
No es la primera vez que Albanese se pronuncia al respecto. En agosto de 2024, dijo que la Franja de Gaza se había convertido en "el mayor y más vergonzoso campo de concentración del siglo XXI".
Unos meses antes, en marzo de ese año, manifestó en un informe que Israel Aviv había cometido al menos tres de las acciones descritas por la Convención sobre el Genocidio: "asesinato de miembros del grupo"; "causación de daños corporales o mentales graves a los miembros del grupo"; "inflicción deliberada al grupo de condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial".