El expresidente de Perú, Martín Vizcarra, ingresó este jueves a la cárcel de Barbadillo, ubicada dentro de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) del distrito de Ate, en la provincia de Lima, erigiéndose en el cuarto exmandatario que es recluido en este sitio.
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) confirmó que Vizcarra permanecerá en Barbadillo, exclusivo para exmandatarios, estrenado en 2007 por Alberto Fujimori. En la actualidad se encuentran Pedro Castillo, Alejandro Toledo y Ollanta Humala.
Su construcción se anunció en la década de los 80, cuenta con aproximadamente 800 metros cuadrados de amplitud, está resguardado por varios agentes policiales del INPE y, aunque en un momento fue pensada solo para Fujimori, luego lo extendieron al resto de exdignatarios.
En octubre de 2018, cuando Vizcarra llevaba unos meses en la Presidencia, el INPE autorizó la reapertura de Barbadillo para "albergar internos de dicha naturaleza", porque se conocía que Fujimori sería privado de libertad otra vez. Para ello fue reacondicionado dado que "por razones de seguridad no podrían ser recluidos en recintos comunes".
En la víspera, el Poder Judicial le impuso cinco meses de prisión preventiva a Vizcarra por el presunto delito de cohecho pasivo propio. Lo acusan de recibir sobornos, que ascienden hasta los 2,3 millones de soles (611.000 dólares), cuando fue gobernador regional en Moquegua (2011-2014).
La misma noche del miércoles el expresidente, Pedro Pablo Kuczynski, quien es investigado por presuntos aportes irregulares durante su campaña electoral, defendió que en su caso "no hay ninguna acusación" y lamentó el número de colegas arrestados. "Todo esto genera mucha inestabilidad y claro es fundamental tener una Presidencia honesta", dijo al medio local RPP.