El ex primer ministro italiano Giuseppe Conte expresó el sábado que Europa no es de importancia primordial en el conflicto ucraniano.
"Europa es un actor secundario en la guerra en Ucrania", escribió en su cuenta de X. "No le queda más remedio que desempeñar un papel comprimario. [...] La estrategia elegida por Europa ha demostrado ser un completo fracaso", agregó.
A continuación, Conte explicó que Europa apostó por la victoria de Kiev mediante una victoria militar sobre Rusia, redoblando los envíos de armas durante tres años. "Y ahora que esta ilusión se ha desvanecido, está pagando las consecuencias", precisó.
"Seremos, y seguramente somos, los protagonistas de una cosa: los costes de los daños y la reconstrucción en Ucrania, los costes del descabellado 'rearme', las repercusiones en los precios del gas y la energía", detalló el exlíder italiano.
En este sentido, remarcó que "las cargas y los costes de esta estrategia fallida no recaen sobre [la primera ministra de Italia, Giorgia] Meloni y sus allegados, quienes durante tres años han rechazado indignados la posibilidad de negociaciones, centrándose, en cambio, en la escalada militar".
"Los ciudadanos y las empresas están pagando el precio, con el aumento vertiginoso de los costes de la energía, el aumento del coste de la vida y una inversión récord en armamento, mientras que otros sectores, desde la sanidad hasta la educación, sufren recortes", lamentó.
Asimismo, el político recordó la cumbre de los presidentes ruso y estadounidense, Vladímir Putin y Donald Trump, que tuvo lugar el viernes en el estado de Alaska.
"Mientras Trump y Putin debaten cómo aumentar el comercio y explorar nuevas oportunidades de colaboración en beneficio mutuo, los líderes europeos se encuentran ante un dilema: o se resisten obstinadamente a una solución negociada sin perspectivas alternativas reales, o se resignan a favorecer un acuerdo que, lamentablemente, promete ser muy perjudicial para Ucrania", observó.
Putin y Trump mantuvieron el viernes una histórica reunión en la base militar Elmendorf-Richardson, en Alaska. Tanto el líder ruso como su par estadounidense destacaron que las conversaciones se desarrollaron en un ambiente "constructivo y de respeto mutuo".