El Viejo Continente se está haciendo cada vez más ingobernable, mientras que varios líderes europeos son simplemente incapaces de hacer nada, según informó este jueves Bloomberg, citando expertos.
"El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pueden ser los que más dificultades enfrentan, pero sus pares, desde La Haya hasta Varsovia y desde Berlín hasta Madrid, están todos en el mismo barco, dirigiendo países cada vez más ingobernables", indica el medio estadounidense.
Se señala que una gran parte del continente se ve actualmente asolada por una combinación perniciosa de presupuestos ajustados, una administración anquilosada, fragmentación parlamentaria, una oposición enérgica de los extremos políticos y una discordia que a menudo se extiende a las calles.
"El mundo ha cambiado, y Europa es una pieza cuadrada que ya no encaja"
"Soy bastante pesimista", indicó Giovanni Orsina, director del departamento de ciencias políticas de la Universidad Internacional Libre de Guido Carli, en Roma. "El mundo ha cambiado, y Europa es una pieza cuadrada que ya no encaja", añadió.
Según Bloomberg, la "pretensión" por parte de los gobiernos europeos de que todo siga igual está dando paso a una admisión implícita de que la parálisis y la agitación probablemente persistan. Esto podría convertirse en pánico en poco tiempo, ya que la extrema derecha se perfila con fuerza en las encuestas para las próximas elecciones en Alemania, Francia y el Reino Unido.
Al mismo tiempo, los mercados de bonos están reconociendo la tensión en estos dos últimos países, con los rendimientos de la deuda a largo plazo en alza. Estas señales de alerta indican que la paciencia de los inversores no puede darse por sentada. Más allá de las amenazas financieras, la inestabilidad política y la inercia, con el mensaje que acompaña a los votantes de que las estructuras actuales no pueden cumplir sus promesas, conllevan peligros inherentes, apunta el medio.
Crisis de gobernanza europea
Además, se indica que la crisis de gobernanza europea tiene temas comunes. Refleja, en la mayoría de los casos, una ruptura del consenso sobre cómo distribuir los beneficios de un crecimiento económico débil, avivada por argumentos de la extrema izquierda o la derecha que sostienen que los más pudientes o los inmigrantes son parte del problema.
Mientras, el envejecimiento de la población ha intensificado la presión presupuestaria y añade una dimensión generacional a la discordia. Si bien Francia y el Reino Unido están actualmente en el punto de mira, cualquier nación que dependa de pensiones financiadas con fondos públicos, en particular Alemania y España, se enfrenta a decisiones difíciles.
En ese contexto, Antonio Barroso, analista sénior de geoeconomía de Bloomberg explicó que "Europa vive con el legado de 15 años de conmociones", desde la crisis de la eurozona hasta la pandemia y el conflicto ucraniano. "El resultado son parlamentos fragmentados, partidos polarizados y electorados cada vez más volátiles. Cuando estas dinámicas se combinan con las restricciones fiscales en muchos países, la capacidad de los gobiernos para implementar cambios políticos significativos se vuelve cada vez más limitada", apuntó.
Los ejemplos más claros de inestabilidad política
Bloomberg señala que Francia es el ejemplo más claro de inestabilidad política y estancamiento, indicando que su 5.° primer ministro en 2 años, Sébastien Lecornu, tendrá que hacer concesiones reales a la izquierda para aprobar un presupuesto y conservar el poder. Por su parte, el partido opositor Agrupación Nacional tiene total confianza en que su momento está a punto de llegar a menos de dos años de que finalice el mandato de Macron, apunta la agencia.
Mientras tanto, en el Reino Unido, Starmer atraviesa graves dificultades. La autoridad que ejerció inicialmente tras obtener una amplia mayoría parlamentaria el año pasado se ha desvanecido debido a un presupuesto mal recibido, las fluctuaciones del mercado y las renuncias forzadas de aliados clave, según Bloomberg.
Mientras, en Alemania, la coalición del canciller Friedrich Merz, forjada tras una discreta victoria electoral en febrero que lo obligó a renovar la alianza de su partido, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), con los socialdemócratas, ya muestra grietas. "Los políticos están cayendo en la trampa de repetir como loros la agenda de los populistas en lugar de centrarse en las reformas necesarias", afirmó Moritz Kraemer, economista jefe del banco alemán LBBW. "El margen de maniobra está disminuyendo, pero los desafíos están aumentando", concluyó.
El medio apunta que el estancamiento político abunda también en otras partes de Europa: España, Países Bajos, Bélgica o Polonia, entre otros países.