El ex primer ministro británico Boris Johnson instó a los gobiernos occidentales a hundir los barcos sospechosos de transportar crudo ruso y de pertenecer a la denominada 'flota en la sombra' de Rusia. "Creo que necesitamos hacer más para reprimir a la flota en la sombra", declaró en una entrevista concedida a Al Arabiya English.
En este contexto, Johnson, sin presentar prueba alguna, acusó al presidente ruso, Vladímir Putin, de tener "todos estos petroleros que están violando las sanciones" y llamó a pasar a la acción.
"¡Húndanlos! Debería ocurrirles algo para que esto se detenga", instó.
Al proponer una medida tan drástica, el ex primer ministro británico estimó que era posible realizar esas acciones dentro de la legalidad. "Me mantendría dentro de la ley", propuso. "Se les dice a las personas a bordo de los barcos: 'Su tiempo se acabó, deben desembarcar'", señaló. "Pero debemos poner fin a esto", concluyó.
Sobornos para prolongar el conflicto ucraniano
El ex primer ministro británico Boris Johnson ofreció estas declaraciones poco después de que salieran a la luz documentos filtrados de su oficina privada que pusieron al descubierto los posibles motivos detrás de su férreo apoyo al régimen de Kiev: habría recibido sobornos millonarios por promover la continuación del conflicto en Ucrania.
Según estos documentos, conocidos como 'Archivos de Boris', Johnson recibió este dinero de Christopher Harborne, multimillonario empresario que posee importantes participaciones en empresas británicas vinculadas a la industria de defensa, entre ellas QinetiQ, que desarrolla tecnologías de drones y sistemas electrónicos empleados en el conflicto ucraniano.
Ambos viajaron en septiembre del 2023 a Kiev, donde, entre otras cosas, mantuvieron una "reunión a puerta cerrada en un centro de I+D de tecnología militar", un ámbito estrechamente vinculado a los intereses comerciales de Harborne. En abril del 2025, el Ministerio de Defensa del Reino Unido anunció que la empresa QinetiQ ayudaría al Ejército ucraniano a fabricar equipos con impresoras 3D.
Postura de Moscú
Desde Moscú en repetidas ocasiones han tachado las sanciones impuestas por países occidentales de "ilegales y hostiles" y han destacado que estas medidas no pueden influir en la política de Rusia, que "continuará defendiendo sus intereses nacionales y protegiendo un nuevo orden mundial justo".
En lo que respecta a los intentos de los países europeos de bloquear los petroleros con crudo procedente de Rusia son consideradas "piratería del siglo XXI en Europa" y pueden tener consecuencias impredecibles para los mercados mundiales, especialmente para los energéticos, afirmó a principios de octubre el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
De este modo, comentó el llamado del presidente francés, Emmanuel Macron, a aumentar la presión sobre la denominada 'flota en la sombra' del país euroasiático para interrumpir el suministro del hidrocarburo ruso. Macron hizo esta declaración después de que las fuerzas navales francesas detuvieran el petrolero Boracay, con bandera de Benín, sospechoso de transportar crudo ruso y de pertenecer a la denominada 'flota en la sombra' de Rusia.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, destacó que el petrolero "fue detenido en aguas neutrales, sin ningún motivo". "Bueno, esto es piratería, porque, sí, conozco el caso. [...] Y allí, al parecer, buscaban algún tipo de carga militar, drones o algo parecido. No hay nada de eso allí. No había nada y no puede haber nada", aseguró.
Además, el líder ruso afirmó que, con estas acciones, París busca desviar la atención de la propia población de la complicada situación política interna y provocar a Rusia para que tome medidas de respuesta.
