El paquete de rescate de 20.000 millones de dólares aprobado por EE.UU. para Argentina y anunciado la semana pasada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, está dando mucho de que hablar por su posible relación con Robert Citrone, un millonario norteamericano que se beneficiaría profusamente con este rescate económico.
Según ha trascendido, Citrone tiene una relación personal y profesional desde hace bastante tiempo con Bessent. Ambos trabajaron juntos para el inversor y filántropo George Soros, por lo que las especulaciones acerca de las motivaciones ocultas tras esta ayuda económica se han disparado.
El triángulo de amigos se cierra con Luis Caputo, el actual ministro de Economía de Argentina, a quien conoció en la época en la que ambos trabajaban en la Gran Manzana de Nueva York.
¿Quién es Citrone?
Robert Citrone, de 60 años, es un inversor multimillonario procedente de Pensilvania. Es el cofundador de Discovery Capital Management y también es propietario minoritario del equipo de fútbol americano Pittsburgh Steelers.
Desde que se inició la era libertaria en Argentina, con la llegada a la presidencia de Javier Milei, Citrone ha sido uno de los inversores más interesados en el país latinoamericano, invirtiendo grandes cantidades en acciones de empresas argentinas y bonos soberanos.

Parece que su apuesta por el modelo de la motosierra era absoluta, pero si algo se torcía quizá pudiera contar con dos amigos de hace décadas: el secretario del Tesoro de EE.UU y el ministro de Economía de Argentina.
Con la llegada del Gobierno libertario, Citrone compró importantes cantidades de la deuda argentina, devaluada por la inflación, que en 2023 llegó a superar el 200 %. La respuesta positiva de los mercados a los ajustes de Milei hicieron que en 2024 esos papeles se revalorizaran sensiblemente.
Aunque no se sabe cual fue el montante invertido en Argentina, se estima que estuvieron detrás del 52 % de las ganancias de Discovery Capital Management en 2024.
Argentina, ¿una oportunidad única?
Citrone ha explicado que ya invirtió en Argentina en el año 1991, en los primeros compases del Gobierno de Carlos Menem, que también tuvo que hacer frente a un contexto de hiperinflación y lo hizo a base de políticas neoliberales.

"Esa es la misma película en Argentina hoy", contó en mayo en el podcast Goldman Sachs Exchanges. "Desde hace 18 meses entramos con mucha fuerza en todas las clases de activos", relató entonces, y puso el ejemplo de los bonos de dólares: "Básicamente se amortizaban durante el mandato de Milei, y aún así esos bonos rendían un 35 %", añadió con cierta sorpresa pues a su juicio "la probabilidad de default era muy baja durante ese periodo".
"Creo que esas oportunidades aparecen y yo les dije a nuestros inversores, hace dos años, que Argentina, después de que Milei fue elegido, era lo mejor que había visto desde 2013", así de contundente se expresaba sobre su optimismo sobre el desempeño para los inversores de la economía argentina.
Sin embargo, para cuando Citrone hacía esas declaraciones ya habían comenzado los problemas cuando los planteamientos macroeconómicos para ajustar la balanza fiscal chocaron con la economía de los argentinos: aumentó el desempleo, se ralentizó la actividad y, sobre todo, llegó el estrangulamiento cambiario.
Las primeras tensiones económicas en los mercados se sortearon en abril con un crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 20.000 millones de dólares.
Trump can't find a penny to help Americans struggling to afford health care but he has no problem sending billions of Americans' taxpayer dollars to Argentina to bail out his wealthy friends and political allies.@RepLindaSanchez and I are demanding answers. More:… pic.twitter.com/YUFq5CQFXj
— Rep. Terri A. Sewell (@RepTerriSewell) October 21, 2025
Pero ese primer rescate no sirvió para calmar los ánimos en la calle, entre una población que había visto disminuir drásticamente su poder adquisitivo, a lo que se sumó la derrota legislativa en la provincia de Buenos Aires, lo que hizo que empezaran a correr sudores fríos en los mercados.
El escenario empezaba a volverse peligroso y ese mínimo riesgo de default contemplado parecía no ser tan nimio.
Según relata Perfil, citando fuentes en Washington, Citrone ya intermedió para que el FMI rescatara a Argentina, logrando que Bessent interviniera ante el organismo multilateral para que le perdonara los incumplimientos y le otorgara el nuevo crédito.
El Tesoro llega al rescate
Precisamente cuando se vislumbraban nuevos problemas con la popularidad de Milei desplomada, temor a un posible bloqueo a su agenda económica y los inversores abandonando el peso argentino y liquidando otros activos, el Tesoro de EE.UU. llegó al rescate.
El lunes de esta semana se firmó el "acuerdo de estabilización cambiaria" por el que EE.UU. proporciona otros 20.000 millones de dólares a Argentina, tan solo seis días antes de las elecciones legislativas que se celebrarán en Argentina el domingo, fundamentales para la estabilidad política del Gobierno de Milei.
El salvavidas ofrecido por el Tesoro no es solo para el Gobierno argentino, sino que también lo es para el propio Citrone. De hecho, el inversor compró en los días de mayor incertidumbre, y a un precio irrisorio, más deuda argentina, de la que otros inversores se estaban deshaciendo, según informó Bloomberg. Poco después se anunciaba el rescate de Trump y los nuevos papeles adquiridos se revalorizaron a la velocidad del rayo.
No se sabe cuánto pudo influir en toda esta jugada su amistad con Bessent, con quien coincidió trabajando hace años en el fondo Quantum, cuando le hicieron ganar a George Soros más de 1.000 millones de dólares en 2013.
"Scott dice en broma que yo fui responsable del 75 % de su bono en Soros durante esa época", contaba en el podcast de mayo Citrone, presumiendo de haber contribuido a la fortuna del secretario del Tesoro.
"Ha sido de gran ayuda que EE.UU. haya apoyado a Milei, y esto generará dividendos estratégicos para EE.UU.", declaró Citrone en una entrevista.
El rescate estadounidense a Argentina ha dejado un buen número de preguntas en el aire. Tanto es así que 54 congresistas demócratas han firmado una carta para exigir respuestas al Gobierno de Trump tanto sobre la concesión de los 20.000 millones de dólares como sobre el papel jugado por Citrone.


