El ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, manifestó que en lo que respecta a la cuestión nuclear no hay que guiarse solo por las declaraciones de las autoridades estadounidenses, sino sobre todo por sus acciones, y destacó que Washington ha estado aumentando "activamente" el potencial de sus fuerzas estratégicas ofensivas.
"En primer lugar, la Casa Blanca se ha retirado sistemáticamente de los tratados en materia de reducción y limitación de armamentos que han estado en vigor durante muchos años", señaló Beloúsov durante una reunión con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Rusia, donde también estuvo presente el presidente, Vladímir Putin.
Así, recordó que en 2002 las autoridades estadounidenses salieron del Tratado sobre la Defensa Antimisiles Balísticos. Posteriormente, en 2019, abandonaron el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, y en 2020, el Tratado de Cielos Abiertos.
"Por lo tanto, la posible renuncia de Estados Unidos a la moratoria sobre los ensayos nucleares podría ser un paso lógico de Washington para destruir el sistema de estabilidad estratégica global en el mundo", señaló el jefe de la defensa rusa.
Modernización acelerada
Según Beloúsov, la potencia norteamericana también adelanta una modernización acelerada de sus armas estratégicas ofensivas. El alto funcionario ruso destacó que EE.UU. trabaja en la creación de un nuevo misil balístico intercontinental Sentinel, con una nueva ojiva nuclear, cuyo alcance será de 13.000 kilómetros. Asimismo, hizo hincapié en que Washington trabaja simultáneamente en la construcción del submarino nuclear estratégico Columbia, para sustituir a los submarinos de la clase Ohio; del nuevo bombardero pesado y sigiloso B-21 Raider, y de un misil de crucero con ojiva nuclear, entre otras armas.
Agregó que se prevé la reactivación de 56 lanzadores en 14 submarinos de la clase Ohio y su carga completa con misiles balísticos Trident II, al tiempo que se adelantan preparativos para la reconversión de 30 bombarderos estratégicos B-52H en portadores de armas nucleares.
"Tercero: los estadounidenses han comenzado a desarrollar el programa Cúpula de Oro, que prevé tanto la interceptación antimisiles como la destrucción previa al lanzamiento de misiles rusos y chinos", expresó Beloúsov, refiriéndose al proyecto de sistema estadounidense de defensa antiaérea propuesto por Trump. En cuarto lugar, el Ejército de EE.UU. tiene previsto incorporar un nuevo complejo de misiles de alcance intermedio, el Dark Eagle, con misiles hipersónicos con un alcance de 5.500 kilómetros, declaró el ministro de Defensa ruso.
Despliegue en otras regiones
Además, destacó que se prevé el futuro despliegue de ese complejo en Europa y en la región de Asia-Pacífico, y precisó que el tiempo de vuelo entre Alemania –donde también se planea ubicar ese tipo de misiles– y posibles objetivos en la parte central de Rusia será de unos seis o siete minutos.
"Y quinto: Washington realiza regularmente maniobras de fuerzas estratégicas ofensivas. La última de esas maniobras, Global Thunder 2025, en la que se practicaron, quiero subrayarlo, cuestiones relacionadas con el lanzamiento preventivo de misiles nucleares contra el territorio ruso, tuvo lugar en octubre de este año", dijo Beloúsov. "En general, se trata de un conjunto único de medidas que incluye, entre otras cosas, los posibles planes de Estados Unidos de realizar ensayos nucleares, lo que aumenta considerablemente el nivel de peligro militar para Rusia", subrayó.
Rusia responderá simétricamente
Esta jornada, el Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de EE.UU. (AFGSC, por sus siglas en inglés) efectuó un lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental Minuteman III, no armado, desde la base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California.
La semana pasada, Donald Trump ordenó iniciar ensayos de armas nucleares "de inmediato". El anuncio llegó después que Rusia informara sobre una serie de pruebas con sus armas innovadoras de propulsión nuclear, como el Burevéstnik y el Poseidón, aunque desde el Kremlin destacaron que no se trató de ensayos nucleares en absoluto.
Al día siguiente, el inquilino de la Casa Blanca afirmó que tomó tal decisión "debido a los programas de pruebas de otros países". "Sí, otros países lo hacen. Si ellos lo hacen, nosotros también lo haremos", indicó a los periodistas, sin dar más detalles al respecto.
Desde Rusia han advertido en repetidas ocasiones que si algún país se aparta de la moratoria unilateral y voluntaria de ensayos nucleares, actuará de acuerdo con la situación y responderá simétricamente.
Moscú practicó ensayos de ese tipo por última vez en 1990 y Washington en 1992. Ante las declaraciones de Trump sobre la reanudación de pruebas con armas nucleares, esta jornada varios altos funcionarios rusos anunciaron que Rusia está dispuesta a hacer lo mismo.
El ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, instó a comenzar "de inmediato" los preparativos para pruebas nucleares a gran escala. El jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, apoyó su postura, explicando que si Rusia no toma las medidas adecuadas ahora, "perderá la oportunidad de responder con prontitud a las acciones de Estados Unidos" en el futuro.
A su vez, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó evaluar la viabilidad de preparar ensayos nucleares a gran escala, si bien destacó que Moscú cumple con las obligaciones del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. "En mi discurso ante la Asamblea Federal de 2023 afirmé que si Estados Unidos u otros Estados miembros del Tratado realizan dichos ensayos, Rusia estaría obligada a tomar las represalias apropiadas", recordó.




