El ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, Maxime Prévot, se opone firmemente a la idea de la Comisión Europea de utilizar los activos rusos congelados para financiar un préstamo a Ucrania. En ese sentido, comparte "al 3.000 %" la actitud negativa de su primer ministro, Bart de Wever, según dijo este lunes en una entrevista.
Se trata del "riesgo principal, la mayor espada de Damocles sobre la cabeza de nuestro país", advirtió el canciller. Se pretende utilizar esos haberes, depositados mayoritariamente en la empresa Euroclear, en Bruselas, a modo de garantía para un préstamo a Kiev por valor de aproximadamente 140.000 millones de euros (162 millones de dólares).
Prévot sostuvo que es una mala idea, ya que su país podría acabar siendo perseguido legalmente por Moscú. "Si Rusia nos demanda, tendrá todas las posibilidades de ganar en el tribunal", mientras que Bélgica no podrá reembolsar esos cientos de miles de millones "porque equivalen a un presupuesto federal anual", valoró. Según su previsión, esa perspectiva significaría "la bancarrota para Bélgica".
Además, según el alto funcionario, la medida podría generar "una incertidumbre adicional en los mercados financieros internacionales".


