El Departamento de Guerra de EE.UU. ha cortado el contacto con el Ministerio de Defensa de Alemania, en particular en lo relacionado con Ucrania, declaró el teniente general Christian Freuding, jefe del Ejército alemán, a la revista The Atlantic.
Según Freuding, la Administración de Donald Trump no informó a Berlín sobre su decisión de interrumpir el suministro de ciertos armamentos a Kiev. Reveló que, ante la falta de comunicación directa con la parte estadounidense, se ha visto obligado a recurrir a la Embajada alemana en Washington, donde "alguien intenta encontrar a alguien en el Pentágono" para obtener información sobre la política estadounidense.
El teniente general recuerda que en la década de 1980 los soldados estadounidenses eran una presencia constante y le resultaban simpáticos en Grafenwöhr, una localidad cercana a un destacamento del Ejército de EE.UU. que sirve como una de las bases de entrenamiento más importantes de la OTAN. Sin embargo, comenta que ese orden ahora se está desvaneciendo, mientras crecen las preocupaciones por la seguridad europea y las dudas de si el presidente de EE.UU. acudiría en su defensa. "Ustedes están en proceso de perder a un verdadero aliado y amigo", expresó.
En este contexto, Berlín asegura que necesita rearmarse, justificando el gasto de miles de millones en armamento, y reconvirtiendo industrias civiles para la producción de armas. Incluso se debate la posible reintroducción del servicio militar obligatorio, una cuestión que durante años había permanecido prácticamente cerrada en el país.
Al mismo tiempo, relata que antes podía enviar mensajes a responsables de Defensa de EE.UU. "día y noche", pero que recientemente la comunicación con sus homólogos en Washington ha sido "cortada, realmente cortada".
