El Gobierno de EE.UU. informó que realizó tres nuevos ataques "cinéticos" el martes contra tres embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico.
Las embarcaciones, detalló el Comando Sur, eran operadas por organizaciones calificadas como "terroristas" por EE.UU. en "aguas internacionales", aunque, como en ataques anteriores, no dio precisiones del lugar exacto en donde se llevó a cabo la acción.
On Dec. 30, at the direction of @SecWar Pete Hegseth, Joint Task Force Southern Spear conducted kinetic strikes against three narco-trafficking vessels traveling as a convoy. These vessels were operated by Designated Terrorist Organizations in international waters. Intelligence… pic.twitter.com/NHRNIzcrFS
— U.S. Southern Command (@Southcom) December 31, 2025
El agresión se realizó bajo la dirección del secretario de Guerra, Pete Hegseth. "La inteligencia confirmó que las embarcaciones transitaban por rutas conocidas de narcotráfico y que habían transferido narcóticos entre las tres embarcaciones antes de los ataques".
Muerte y salto
De acuerdo con el Comando Sur, en el ataque, murieron al menos tres supuestos "narcoterroristas" que se encontraban a bordo de la primera embarcación.
Las personas que se iban a bordo de las otras dos embarcaciones, saltaron por la borda y se alejaron, antes de que los navíos se hundieran. Tras ello, se activó la búsqueda.
En total serían ocho las personas que abandonaron las embarcaciones, según informó un funcionario estadounidense al periodista Idrees Ali, de Reuters, que precisó que el ataque habría ocurrido en el Pacífico. En las labores de búsqueda está trabajando la Guardia Costera, con embarcaciones en la zona, y, además, se ha desplegado un avión C-130.
Venezuela bajo el asedio de EE.UU.
- Caracas se ha enfrentado a múltiples agresiones estadounidenses en los últimos meses, incluyendo la reciente incautación de buques cargados de petróleo para su exportación.
- Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene el mayor despliegue militar de las últimas décadas en las aguas del Caribe, con presencia sostenida de activos navales y aéreos. En un primer momento, Washington justificó esta operación bajo el argumento del supuesto combate al narcotráfico, responsabilizando, sin presentar pruebas, al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de contribuir a ese delito.
Con el paso de los meses, la narrativa oficial de Washington ha experimentado un giro previsible. Tal como había denunciado el Gobierno venezolano, el supuesto foco en el narcotráfico ha dado paso a un discurso abiertamente centrado en el control y la apropiación ilegal de los recursos energéticos del país suramericano, en un contexto de creciente presión económica y amenazas de uso de la fuerza. En las últimas semanas, EE.UU. ha incautado al menos dos buques petroleros, en un acto tildado por Caracas de "robo" y piratería".
La operación militar estadounidense también ha tenido consecuencias letales. Más de 100 personas han muerto como resultado de más de una veintena de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, sin que EE.UU. haya demostrado públicamente la vinculación de estas con actividades ilícitas.
El pasado 23 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró una reunión de emergencia, tras la petición de Venezuela, que ha denunciado la escalada de agresiones de EE.UU. en su contra.
El representante permanente de Caracas ante la ONU, Samuel Moncada, denunció que las acciones de EE.UU. representan "la recolonización de Venezuela, la reconquista de todo el continente". "Estamos ante la masiva violación de todo el derecho internacional y una moral e indecorosa propuesta que nosotros no podemos aceptar", precisó.
La posición venezolana fue respaldada abiertamente por Rusia, cuyo representante permanente ante la ONU, Vasili Nebenzia, advirtió que Moscú tiene "todos los motivos para creer que lo que en la actualidad está haciendo EE.UU. contra Venezuela no es una acción puntual: se trata de una intervención que podría convertirse en un modelo para futuras acciones militares contra otros Estados latinoamericanos".
Además, China, Colombia, Brasil, México, Nicaragua y Cuba manifestaron su apoyo a Caracas.


