Actualidad
Revelados detalles sobre las últimas horas del Ángel de la Muerte de Auschwitz
Un expolicía brasileño ha revelado detalles sobre la muerte del médico nazi del campo de concentración Auschwitz-Birkenau Josef Mengele, apodado el Ángel de la Muerte, cuya causa oficial hasta el momento está envuelta en misterio.
El agente de Policía Espedito Días Romão se encontraba en la playa de la Ensenada, en la ciudad brasileña de Bertioga, aquel 7 de febrero de 1979, cuando se halló el cuerpo sin vida del capitán de las SS e infame médico de Auschwitz. Días afirmó al periódico español 'El País' que después de recibir una llamada sobre un presunto ahogado arrastrado por el mar, acudió a la Ensenada y vió el cuerpo de "un señor blanco y con bigote", pero indicó que no tenía "señales de ahogamiento comunes", por lo que pensó que se podía tratar de "una muerte súbita".
El hombre fue identificado como el técnico mecánico de Austria Wolfgang Gerhard, de 54 años de edad, residente en São Paulo, y de acuerdo con el informe policial, del que Días tiene una copia, falleció por un paro cardíaco y ahogamiento. Los testigos apuntaban que "se sintió mal de repente en el mar" y se ahogó.
Años de investigaciones revelaron que realmente no se trataba de un ciudadano austriáco, sino del médico nazi que durante la Segunda Guerra Mundial se encargaba de la selección de los deportados que llegaban al campo de concentración donde fueron asesinados 1,4 millones de personas, de las cuales 1,1 eran judíos. Mengele hacía llevar directamente a las cámaras de gas a los niños, los viejos y a todos los que consideraba demasiado débiles para trabajar y con quienes realizaba sus "experimentos científicos". Tras el final de la guerra, vivió en Argentina, Paraguay y Brasil bajo identidades falsas y se le consideraba unos de los criminales más buscados del mundo.
Según el policía Días, casi no hubo testigos en la playa en el momento de la muerte de Mengele, a excepción de la pareja austríaca Wolfram y Liselotte Bossert, que compartían una casa de verano con él en la localidad y le acompañaban en su paseo por la playa. Hace casi tres décadas la mujer fue acusada de presentar la documentación falsa de Mengele el día de su muerte, mientras que su esposo fue identificado como un oficial nazi residente en Brasil desde los años cincuenta.
En 1985, el caso fue reabierto después de testimonios de Días, y tras la exhumación de los restos de Wolfgang, una prueba de ADN confirmó, siete años después, que el cádaver pertenecía al médico nazi que torturó a miles presos, en su mayoría niños judíos y gitanos, llevando a cabo sus sádicos experimentos.
El hombre fue identificado como el técnico mecánico de Austria Wolfgang Gerhard, de 54 años de edad, residente en São Paulo, y de acuerdo con el informe policial, del que Días tiene una copia, falleció por un paro cardíaco y ahogamiento. Los testigos apuntaban que "se sintió mal de repente en el mar" y se ahogó.
Años de investigaciones revelaron que realmente no se trataba de un ciudadano austriáco, sino del médico nazi que durante la Segunda Guerra Mundial se encargaba de la selección de los deportados que llegaban al campo de concentración donde fueron asesinados 1,4 millones de personas, de las cuales 1,1 eran judíos. Mengele hacía llevar directamente a las cámaras de gas a los niños, los viejos y a todos los que consideraba demasiado débiles para trabajar y con quienes realizaba sus "experimentos científicos". Tras el final de la guerra, vivió en Argentina, Paraguay y Brasil bajo identidades falsas y se le consideraba unos de los criminales más buscados del mundo.
Según el policía Días, casi no hubo testigos en la playa en el momento de la muerte de Mengele, a excepción de la pareja austríaca Wolfram y Liselotte Bossert, que compartían una casa de verano con él en la localidad y le acompañaban en su paseo por la playa. Hace casi tres décadas la mujer fue acusada de presentar la documentación falsa de Mengele el día de su muerte, mientras que su esposo fue identificado como un oficial nazi residente en Brasil desde los años cincuenta.
En 1985, el caso fue reabierto después de testimonios de Días, y tras la exhumación de los restos de Wolfgang, una prueba de ADN confirmó, siete años después, que el cádaver pertenecía al médico nazi que torturó a miles presos, en su mayoría niños judíos y gitanos, llevando a cabo sus sádicos experimentos.
comentarios