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Moscú: Usar el Ejército contra civiles en Ucrania es un crimen
El uso del Ejército contra los rebeldes civiles en el sureste de Ucrania ha sido "una decisión criminal", ha afirmado este jueves el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Un tiroteo que se ha producido este 24 de abril en un punto de control de las autodefensas rusófonas de la ciudad ucraniana de Sláviansk ha dejado al menos cinco muertos y varios heridos. Según testigos, cerca de la localidad se encuentran vehículos blindados y tanques que intentan entrar en la ciudad: se calcula que once unidades del Ejército ucraniano han sido enviadas a Sláviansk. El derramamiento de sangre en Ucrania "es el resultado de una política irresponsable que se apoya en grupos de nacionalistas radicales e incluso en neonazis a quien se habría debido desarmar", ha declarado Lavrov durante su rueda de prensa de hoy.
"Las autoridades de Kiev deben aceptar su responsabilidad en los compromisos que habían acordado el 21 de febrero y el 17 de abril", insistió el canciller ruso. En febrero los líderes de la oposición ucraniana firmaron un acuerdo con el presidente Víktor Yanukóvich sobre la reforma de la Constitución, comicios anticipados para diciembre de 2014, desarme de los manifestantes antigubernamentales y la formación de un Gobierno de unidad nacional. Sin embargo, al día siguiente tuvo lugar un cambio de poder que Moscú calificó de "golpe de Estado" y las autoridades autoproclamadas de Kiev anunciaron una nueva fecha para las elecciones presidenciales: el 25 de mayo. El 17 de abril en Ginebra fue firmado otro acuerdo de reconciliación que supuso el desarme de todos los grupos armados en Ucrania.
"No tenemos duda alguna de que es Kiev quien debe dar el primer paso. Es indiscutible, e intentar presentar la situación como si las nuevas autoridades que llegaron al poder fueran angelitos y lo estuvieran haciendo todo bien, sin cometer ni un solo error, es incongruente", aseguró Lavrov, y añadió que es EE.UU. quien debe empujar al Gobierno ucraniano a cambiar de estrategia. Comentó que es obvio que Washington está detrás de las decisiones claves del Gobierno autoproclamado con sede en Kiev. Subrayó que fue precisamente después de la visita del jefe de la CIA, Joe Brennan, a Kiev, cuando los manifestantes prorrusos del sureste de Ucrania fueron declarados terroristas y se emprendió una operación militar en su contra.
Lavrov criticó a EE.UU. por "acusar a Rusia de orquestar los disturbios antigubernamentales en Ucrania sin presentar ni un solo hecho concreto". En cuanto a los pasos que podrían apaciguar la situación, recomendó retirar el Ejército, desarmar a la ultraderecha y lanzar una reforma constitucional a través de una "mesa redonda" donde las regiones puedan expresar sus necesidades.
"Las autoridades de Kiev deben aceptar su responsabilidad en los compromisos que habían acordado el 21 de febrero y el 17 de abril", insistió el canciller ruso. En febrero los líderes de la oposición ucraniana firmaron un acuerdo con el presidente Víktor Yanukóvich sobre la reforma de la Constitución, comicios anticipados para diciembre de 2014, desarme de los manifestantes antigubernamentales y la formación de un Gobierno de unidad nacional. Sin embargo, al día siguiente tuvo lugar un cambio de poder que Moscú calificó de "golpe de Estado" y las autoridades autoproclamadas de Kiev anunciaron una nueva fecha para las elecciones presidenciales: el 25 de mayo. El 17 de abril en Ginebra fue firmado otro acuerdo de reconciliación que supuso el desarme de todos los grupos armados en Ucrania.
"No tenemos duda alguna de que es Kiev quien debe dar el primer paso. Es indiscutible, e intentar presentar la situación como si las nuevas autoridades que llegaron al poder fueran angelitos y lo estuvieran haciendo todo bien, sin cometer ni un solo error, es incongruente", aseguró Lavrov, y añadió que es EE.UU. quien debe empujar al Gobierno ucraniano a cambiar de estrategia. Comentó que es obvio que Washington está detrás de las decisiones claves del Gobierno autoproclamado con sede en Kiev. Subrayó que fue precisamente después de la visita del jefe de la CIA, Joe Brennan, a Kiev, cuando los manifestantes prorrusos del sureste de Ucrania fueron declarados terroristas y se emprendió una operación militar en su contra.
Lavrov criticó a EE.UU. por "acusar a Rusia de orquestar los disturbios antigubernamentales en Ucrania sin presentar ni un solo hecho concreto". En cuanto a los pasos que podrían apaciguar la situación, recomendó retirar el Ejército, desarmar a la ultraderecha y lanzar una reforma constitucional a través de una "mesa redonda" donde las regiones puedan expresar sus necesidades.
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