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Periodistas de EE.UU. admiten que no hay rastro de Rusia en el sureste de Ucrania
Un grupo de corresponsales del diario estadounidense 'The New York Times' constató que "no hay ninguna evidencia" de la participación de Rusia en los acontecimientos que tienen lugar en Ucrania del Este.
"Funcionarios oficiales de Occidente y el Gobierno provisional de Ucrania insisten en que los rusos han liderado, organizado y equipado" a los activistas anti Kiev. "Sin embargo, tras una mirada más profunda, tras pasar más de una semana con los miembros de un batallón [antigubernamental] en la ciudad de Slaviansk, estas afirmaciones no parecen describir la historia completa", indica el reportaje del diario neoyorquino.
Los periodistas, tras comunicarse activamente con los miembros de la compañía, aseguran que tuvieron que admitir que "los rebeldes resultaron ser ucranianos, pero como muchos en la región tienen profundos lazos y afinidad con Rusia. Son veteranos militares de los ejércitos soviético o ucraniano, o tienen vínculos familiares al otro lado de la frontera".
Al mismo tiempo, los reporteros señalan que la experiencia de combate de las autodefensas es suficiente como para hacer frente a sus responsabilidades sin la participación de militares rusos, y no "como afirman las autoridades de Kiev y algunos gobiernos occidentales que aseguran que Moscú está detrás" de los activistas.
"Nosotros no tenemos patrones rusos, no tenemos a nadie de Moscú aquí. Tengo la experiencia suficiente", dijo al diario el comandante de la compañía, "un ucraniano oriental ordinario y veterano militar que sobrevivió al colapso soviético".
Según 'The New York Times', muchos en la región hablan de sus desacuerdos con las autoridades provisionales de Kiev, que llegaron al poder después de derrocar al presidente Víktor Yanukovich.
Los activistas prooccidentales se han mantenido en los edificios administrativos y en la principal plaza de Kiev desde el año pasado. "¿Por qué EE.UU. apoyó esas acciones, pero está en contra de nosotros?", se pregunta "un joven exparacaidista del Ejército ucraniano". "Estas son las contradicciones de Occidente", agrega.
El rotativo, indica también que no encontraron pruebas de que la inteligencia rusa preste ayuda a los activistas anti Kiev. "Si tuvieran ayuda de Rusia, tendrían armas más sofisticadas y no las armas viejas que vimos en los puestos de control o en sus bases", señalaron los periodistas.
Agregaron que esas "armas son idénticas a las que se ven en manos de los soldados o de las fuerzas especiales del Ministerio del Interior de Ucrania. Muchas de estas armas muestran signos de un largo servicio, y o bien han sido tomadas de los edificios policiales o bien de camiones del Ejército que han capturado. Muchas de estas llevan sellos de producción de las décadas de 1980 o principios de 1990".
Por otro lado, según reveló el periódico 'Bild' citando a fuentes del servicio de seguridad alemán, decenas de agentes de la CIA y el FBI asesoran a las actuales autoridades de Ucrania sobre qué pasos tomar para reducir la escalada de violencia en el sureste del país.
Los periodistas, tras comunicarse activamente con los miembros de la compañía, aseguran que tuvieron que admitir que "los rebeldes resultaron ser ucranianos, pero como muchos en la región tienen profundos lazos y afinidad con Rusia. Son veteranos militares de los ejércitos soviético o ucraniano, o tienen vínculos familiares al otro lado de la frontera".
Al mismo tiempo, los reporteros señalan que la experiencia de combate de las autodefensas es suficiente como para hacer frente a sus responsabilidades sin la participación de militares rusos, y no "como afirman las autoridades de Kiev y algunos gobiernos occidentales que aseguran que Moscú está detrás" de los activistas.
Los rebeldes resultaron ser ucranianos, pero como muchos en la región tienen profundos lazos y afinidad con Rusia
"Nosotros no tenemos patrones rusos, no tenemos a nadie de Moscú aquí. Tengo la experiencia suficiente", dijo al diario el comandante de la compañía, "un ucraniano oriental ordinario y veterano militar que sobrevivió al colapso soviético".
Según 'The New York Times', muchos en la región hablan de sus desacuerdos con las autoridades provisionales de Kiev, que llegaron al poder después de derrocar al presidente Víktor Yanukovich.
Los activistas prooccidentales se han mantenido en los edificios administrativos y en la principal plaza de Kiev desde el año pasado. "¿Por qué EE.UU. apoyó esas acciones, pero está en contra de nosotros?", se pregunta "un joven exparacaidista del Ejército ucraniano". "Estas son las contradicciones de Occidente", agrega.
El rotativo, indica también que no encontraron pruebas de que la inteligencia rusa preste ayuda a los activistas anti Kiev. "Si tuvieran ayuda de Rusia, tendrían armas más sofisticadas y no las armas viejas que vimos en los puestos de control o en sus bases", señalaron los periodistas.
Agregaron que esas "armas son idénticas a las que se ven en manos de los soldados o de las fuerzas especiales del Ministerio del Interior de Ucrania. Muchas de estas armas muestran signos de un largo servicio, y o bien han sido tomadas de los edificios policiales o bien de camiones del Ejército que han capturado. Muchas de estas llevan sellos de producción de las décadas de 1980 o principios de 1990".
Por otro lado, según reveló el periódico 'Bild' citando a fuentes del servicio de seguridad alemán, decenas de agentes de la CIA y el FBI asesoran a las actuales autoridades de Ucrania sobre qué pasos tomar para reducir la escalada de violencia en el sureste del país.
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