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El ruso condenado por narcotráfico en EE.UU., “víctima de juegos” de los servicios secretos
La defensa del piloto ruso Konstantín Yaroshenko, condenado por la justicia estadounidense a 20 años de prisión por supuesto tráfico de drogas, ha encontrado pruebas de su inocencia y apeló la sentencia.
“Durante el proceso no se presentaron pruebas objetivas para que el jurado considerara culpable a Konstantín Yaroshenko”, comentó sobre la apelación el abogado de Yaroshenko, Alexei Tarásov, y agregó: “Se han detectado numerosos errores de procedimiento. El crimen de confabulación en que insistían los fiscales no habría podido cometerse. Sus supuestos participantes: el propio Yaroshenko, el traficante de drogas Chigbo Umeh y otros africanos y colombianos, simplemente no se conocían entre ellos".
Según el abogado, el piloto ha sido víctima de “juegos” de los servicios secretos, cuyos agentes forzaron su encuentro con personas desconocidas que interpretaron su papel de acuerdo siguiendo un guión preparado de antemano.
Yaroshenko fue sentenciado a 20 años de prisión en septiembre del 2011 por un tribunal federal de Nueva York, que le consideró culpable de contrabando de una importante partida de cocaína, parte de la cual estaba destinada a EE.UU.
El piloto, junto con sus supuestos cómplices, fue detenido en Liberia en mayo de 2010 tras una operación de la agencia antidroga estadounidense y después extraditado al país norteamericano, sin informar previamente a la embajada rusa. El hecho fue denunciado en Rusia como un arresto ilegítimo de un ciudadano ruso.
Según el abogado, el piloto ha sido víctima de “juegos” de los servicios secretos, cuyos agentes forzaron su encuentro con personas desconocidas que interpretaron su papel de acuerdo siguiendo un guión preparado de antemano.
Yaroshenko fue sentenciado a 20 años de prisión en septiembre del 2011 por un tribunal federal de Nueva York, que le consideró culpable de contrabando de una importante partida de cocaína, parte de la cual estaba destinada a EE.UU.
El piloto, junto con sus supuestos cómplices, fue detenido en Liberia en mayo de 2010 tras una operación de la agencia antidroga estadounidense y después extraditado al país norteamericano, sin informar previamente a la embajada rusa. El hecho fue denunciado en Rusia como un arresto ilegítimo de un ciudadano ruso.
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