Examen a las profundidades
Los potentes batiscafos rusos “Mir” ayudarían a eliminar las consecuencias de catástrofes ambientales similares a la del Golfo de México. En la actualidad, estas naves sumergibles son utilizadas en el lago Baikal.
La perla de Asia: Baikal, el lago más profundo del mundo, de aguas sorprendentemente cristalinas, es uno de los lagos más antiguos en términos de historia geológica. Para estudiarlo, los científicos rusos han trasladado hasta acá, a Siberia, los famosos y potentes batiscafos “Mir”.
Diseñados por la Academia de Ciencias de Rusia y construidos en Finlandia, el Mir 1 y el Mir 2, son sofisticadas naves de inmersión profunda y hoy sirven de soporte para la exploración oceánica como así y también para trabajos de salvamento. Se considera que la profundidad de Baikal es de hasta 1.500 metros, pero esto no es un problema para los Mir. Estos pueden alcanzar profundidades extremas.
Según explica Serguéi Smolenski, mecánico jefe de los batiscafos Mir, una nave capaz de alcanzar hasta seis mil metros puede operar en el 98,5% del territorio del Océano Mundial, mientras que sólo el 1,5% de la superficie total corresponde a bajos fondos. En realidad, podemos decir que estas embarcaciones pueden tener acceso a cualquier área en el Océano Mundial, excepto sólo unas pocas depresiones oceánicas extra profundas.
Según los científicos a cargo de los estudios en el lago Baikal, en el fondo de sus aguas se pueden encontrar realidades parecidas a las que hoy en día vive el golfo de México: infiltraciones del hidtrato de gas desde el subsuelo del lago. Hoy, gracias a los submarinos Mir, es mucho más posible dar una mano en este tipo de catástrofes. En cuanto a Baikal, aquí los aparatos funcionan como un laboratorio.
Las capacidades de los Mir impresionaron tanto a James Cameron, el director y productor de la película Titanic, quien no descansó hasta conseguir que uno de los submarinos rusos participe en su película y en la reconstrucción del imponente transatlántico hundido en su viaje inaugural.
Como relata Yevgueni Chernyáev, comandante del batiscafo Mir-2, todos los trabajos que se hacen en los batiscafos, son difíciles, y cita como ejemplo el rodaje de la película Titanic. Según el submarinista, “había muchos residuos y cables sueltos. Ahí tienes que usar todas tus habilidades. Además no puedo decir que es fácil trabajar con James Cameron. Es agradable, por una parte, pero si Cameron viene de nuevo sé que tendrá un montón de problemas. Necesitaríamos equipos nuevos para realizar investigaciones bajo el agua”.
Estas dificultades son las que los buzos a cargo de la conducción de estos submarinos conocen muy de cerca. Chernyáev explica que las situaciones extremas y bajo el hielo son las peores.”Una vez mi equipo de respiración falló y tuve que nadar 60 metros hasta la superficie. Cuando llegué me quité el traje, el equipo y me quedé dormido como por 24 horas. Los buzos tienen un lema y es que siempre se debe mantener la calma. Cuando se está tranquilo se amplían las posibilidades para estar seguro.”
Gracias al estudio de los científicos, por medio de estos sofisticados batiscafos rusos los residentes de Baikal y el mundo entero podrán conocer algo más sobre el maravilloso mundo que habita en las profundidades de este patrimonio de la humanidad.