El canal internacional
de noticias en español
más visto en el mundo
banner
Opinión

El sacrificio invisible de los pueblos colonizados en la victoria contra el fascismo

Publicado:
El sacrificio invisible de los pueblos colonizados en la victoria contra el fascismo

Europa conmemora la victoria sobre el nazismo envuelta en una narrativa cuidadosamente construida por las potencias occidentales vencedoras.

Bajo el barniz de una épica "democrática", se nos presenta una historia de civilización contra barbarie, de libertad frente al totalitarismo, que oculta mucho más de lo que revela.

Dos grandes silencios sostienen ese relato: el primero, la sistemática ocultación del papel decisivo que desempeñó la Unión Soviética —responsable de la mayor parte del esfuerzo militar y del sacrificio humano— en la derrota del Tercer Reich; el segundo, el encubrimiento del rol masivo, aunque subordinado e invisibilizado, de los pueblos colonizados, enviados al frente como soldados de segunda en nombre de imperios que seguían oprimiéndolos. Estas omisiones no son inocentes: forman parte de una arquitectura de la memoria diseñada para preservar el prestigio moral de las potencias coloniales, incluso cuando sus propios crímenes eran comparables —en método y en lógica— a los del fascismo que decían combatir.

Bajo el barniz de una épica "democrática", se nos presenta una historia de civilización contra barbarie, de libertad frente al totalitarismo, que oculta mucho más de lo que revela.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las metrópolis coloniales europeas movilizaron a millones de soldados provenientes de África, Asia y el Caribe. Francia reclutó más de 800.000 combatientes del Magreb y 179.000 tirailleurs sénégalais de sus colonias africanas. A estos hombres se les destinó a menudo a las zonas más peligrosas, con equipamiento insuficiente y escaso reconocimiento. En la campaña francesa de 1940, muchos de ellos fueron capturados por los nazis y sometidos a una brutalidad específica. La masacre de Chasselay, cerca de Lyon, es un ejemplo atroz: los soldados alemanes separaron a los prisioneros africanos de sus oficiales blancos, los ejecutaron con ametralladoras y luego pasaron tanques sobre sus cuerpos. El mensaje era claro: para el nazismo, la vida de un colonizado valía aún menos que la de su enemigo europeo.

Y para el colonialismo francés, valía lo justo como para ser descartada tras el uso. Terminada la guerra, muchos de estos combatientes fueron traicionados por la propia república que los había explotado. El episodio más infame es la masacre de Thiaroye, en Senegal, ocurrida el 1 de diciembre de 1944. Soldados franceses dispararon contra excombatientes africanos que reclamaban el pago de sus salarios y pensiones. Las cifras oficiales hablan de 70 muertos, pero algunas investigaciones sostienen que fueron más de 300. Durante décadas, este crimen fue silenciado por las autoridades y relegado en la historia oficial. Solo en tiempos recientes, gracias al avance de procesos de "segunda independencia" en África Occidental, comenzaron a obtener el lugar que merecen en la memoria colectiva.

El caso británico no fue menos brutal. El mayor cuerpo de 'voluntarios' del mundo lo formaron los 2,5 millones de soldados provenientes de la India colonial, muchos de ellos reclutados mediante la coacción, el engaño o la desesperación inducida por la pobreza estructural. Combatieron en el norte de África, en Birmania, en Italia y en el sudeste asiático. Se estima que 87.000 murieron en combate. Aunque eran oficialmente parte del ejército imperial, recibieron salarios más bajos, raciones deficientes y un trato discriminatorio. Pese a su contribución decisiva a la victoria aliada, jamás obtuvieron el reconocimiento histórico ni político equivalente al de sus pares británicos.

En el sudeste asiático, la tragedia vietnamita es particularmente reveladora. Decenas de miles de personas de ese país fueron obligadas por la administración colonial francesa a trabajar como mano de obra forzada o tropas auxiliares. Se les prometieron mejoras sociales y derechos que jamás llegaron. La hambruna de 1945, agravada por las políticas extractivas francesas durante la guerra, provocó la muerte de entre 400.000 y 2 millones de ciudadanos. Esta experiencia marcó a una generación que, tras el fin del conflicto, se alzó bajo el liderazgo de Ho Chi Minh para liberar a la nación, primero del yugo francés y luego de la intervención estadounidense.

Tampoco las islas del Caribe escaparon a esta maquinaria imperial. Los pueblos de las Antillas británicas y francesas fueron movilizados para defender unos imperios que nunca los habían defendido a ellos. Combatieron en Europa, expuestos al racismo de sus superiores y a la discriminación sistemática dentro de las filas. Al regresar a sus hogares, lejos de recibir gratitud, encontraron desempleo, pobreza y nuevas formas de control. Esa experiencia alimentó una poderosa conciencia anticolonial, expresada con fuerza en las décadas siguientes en lugares como Martinica, donde el poeta e intelectual Aimé Césaire denunció con contundencia: "Lo que el fascismo ha hecho en Europa, el colonialismo lo ha hecho durante siglos en el mundo no europeo".

Esa experiencia alimentó una poderosa conciencia anticolonial, expresada con fuerza en las décadas siguientes en lugares como Martinica, donde el poeta e intelectual Aimé Césaire denunció con contundencia: "Lo que el fascismo ha hecho en Europa, el colonialismo lo ha hecho durante siglos en el mundo no europeo".

Y, sin embargo, cuando se evoca la victoria sobre el nazismo, rara vez se menciona que esta sirvió —al menos temporalmente— para reforzar el andamiaje del colonialismo global. La derrota del Tercer Reich no significó el fin del racismo institucionalizado, sino su reformulación y desplazamiento. La Europa "liberada" reconstruyó su hegemonía global sobre las ruinas de la guerra, retomando el control de sus colonias hasta que la marea de luchas de liberación nacional comenzó a imponer otro curso.

Otro de los silencios más elocuentes del relato hegemónico sobre la Segunda Guerra Mundial es, en ese sentido, la continuidad entre el nazismo y el colonialismo. Como señaló Césaire en su célebre Discurso sobre el colonialismo, el horror que Europa descubrió en Auschwitz no era más que el reflejo de su propio rostro, contemplado por primera vez en el espejo de sus colonias. El escándalo no fue el crimen en sí, sino que este se cometiera contra europeos blancos.

Samir Amin profundizó esta crítica al ubicar tanto el colonialismo como el fascismo como expresiones del propio sistema capitalista. Para Amin, el fascismo fue la forma política con la que el capital intentó preservar su dominación en contextos de fuerte polarización social, especialmente cuando las contradicciones entre el centro y la periferia se agudizaban. Frantz Fanon, desde la trinchera anticolonial en Argelia, reveló la dimensión subjetiva de esta dominación: el colonialismo no solo explota económicamente, sino que deshumaniza, produce una psicología de la sumisión.

Fanon advirtió que Europa condenaba al nazismo no por su violencia estructural —idéntica a la que ella misma había ejercido en sus colonias—, sino porque, por primera vez, esa lógica de exterminio se volvía contra su propia población. La Europa liberal se horrorizó al verse reflejada en el espejo nazi, pero evitó reconocer ese reflejo.

Fanon advirtió que Europa condenaba al nazismo no por su violencia estructural —idéntica a la que ella misma había ejercido en sus colonias—, sino porque por primera vez esa lógica de exterminio se volvía contra su propia población.

Frente a la mitología de los 'valores occidentales' y su relato salvador, urge recuperar la memoria de los pueblos que fueron carne de cañón del imperialismo. Recordar a los caídos no solo es un acto de justicia histórica, sino una necesidad política: para comprender que el antifascismo verdadero no puede estar disociado del anticolonialismo y de la lucha por la soberanía de los pueblos. Porque no se trata solo de conmemorar una victoria pasada, sino de disputar el sentido de esa victoria en el presente.

 

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

comentarios
RT en Español en vivo - TELEVISIÓN GRATIS 24/7