
Más allá de un foro: ¿Es posible escribir un nuevo capítulo en la relación entre China y América Latina y el Caribe?

Este mes tuvo lugar la cuarta edición del Foro China-Celac (FCC) en Beijing. A diferencia de los encuentros anteriores, este es el que más generó atención. Muy probablemente se deba al contexto geopolítico con Donald Trump en la Casa Blanca más que a una vocación multipolar en la región.
En la inauguración el presidente Xi Jinping dio un discurso que se tituló "Escribir un Nuevo Capítulo de la Construcción de la Comunidad de Futuro Compartido China-América Latina y el Caribe". Xi dijo que ambas partes ya conforman una comunidad de futuro compartido (CFC) y planteó cinco programas de trabajo para una nueva etapa.
Esto no hace a la región especial. Como ya lo he mencionado en textos anteriores, la construcción de una CFC global es un concepto clave en la diplomacia china cuya expresión más concreta es la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). También, la han propuesto a otros países y organizaciones como sucedió durante el Foro de Cooperación China- África (FOCAC) que tuvo lugar en Beijing el año pasado.
Cabe recordar que la CFC se basa en principios de paz, beneficio mutuo, seguridad común y armonía con la naturaleza. La aplicación de todos ellos conlleva a la harmonía tan necesaria para el desarrollo.
Además, si China propone un concepto así es porque, a diferencia de la mentalidad de juego suma cero tan común en Occidente, ellos entienden que sólo pueden ser prósperos si el resto del mundo también lo es.
El nuevo capítulo que propuso el presidente chino se basa en estos valores; sin embargo, ALC tiene características propias que van en contra de los principios básicos de la CFC, hasta un punto que es posible preguntarse si es posible empezar a escribirlo.
La propuesta de China
En el mencionado discurso, Xi planteó cinco programas de trabajo: el de la solidaridad, el de diálogo entre las civilizaciones, el de la paz, el de desarrollo y el de los pueblos.
Los dos primeros promueven el apoyo mutuo en el ámbito internacional, así como la defensa del sistema internacional centrado en la ONU y el derecho internacional. Además, plantea construir vínculos de equidad y de aprendizaje mutuo entre los países.

Los dos segundos están relacionados al apoyo al desarrollo de los países de ALC, tanto en temas de seguridad interna como externa, así como en el desarrollo social integral a través de la Iniciativa Global de Desarrollo. En esta línea de acción, Xi mencionó la necesidad de mayor articulación para promover la cooperación de la IFR
Finalmente, el quinto hace referencia al vínculo entre pueblos, principalmente a través de centenares de becas de estudio para personas de ALC. También se propuso la promoción de películas y programas chinos. Se trabajarán en la traducción de diez de ellos entre ambas partes.

La falta de unidad y de integración regional
A lo largo de nuestra historia, en ALC, siempre hemos tenido intentos constantes de integrarnos, pero más han sido quimeras que realidades. Actualmente, la región está más dividida que nunca.
Nuestros intentos de integración no han tenido mucho éxito porque cuesta diferenciar las relaciones entre gobiernos de las relaciones entre Estados. Basta con que, en un país, cambien de tendencia política para estancar o desaparecer iniciativas de regionalización. Las que subsisten hasta hoy como la Comunidad Andina o Mercosur fluctúan entre periodos de avances y estancamiento según los gobiernos de turno.
Un segundo motivo es que muchas de nuestras economías compiten. Si bien ciertos países de la región han alcanzado cierto nivel de industrialización, las economías de ALC son principalmente exportadoras de materias primas. En muchos casos, compiten entre sí por mercados.
La IFR es lo contrario a esta dinámica. Si bien se asocia a infraestructura, el objetivo de la iniciativa es de conectividad global. La IFR no sólo busca conectar países con China, sino también conectar otros países. De tener éxito, podría significar la creación de un mercado latinoamericano.
Los miembros del Celac aún no están entendiendo esta visión global y las oportunidades que se abren. Un ejemplo de esto es que ciertos sectores en Chile vieron el Puerto de Chancay más como una amenaza a sus intereses nacionales y no como una oportunidad para trabajar en coordinación con Perú para exportar sus productos con mayor facilidad.
Inestabilidad en tiempos de Trump:
El segundo reto está en la crisis de gobernanza y representación en la región. Las poblaciones de los países de ALC tienen los niveles más bajos de confianza hacia sus gobiernos, en comparación con otras regiones del mundo.
Las élites nacionales son antipatriotas y suelen concentrar mucho poder. Gobiernos democráticamente elegidos pueden ser fácilmente sustituidos por su fragilidad institucional o el uso del lawfare para deshacerse de los políticos incómodos para el statu quo.
Este contexto se potencia en la era Trump. La administración estadounidense ha hecho saber a los países de ALC que quiere a China fuera de la región. En donde se ha desarrollado una fuerte relación comercial, las élites han logrado construir un equilibrio entre la relación comercial con China y la política, con EE. UU.
No obstante, estas siguen siendo muy proestadounidenses y se consideran a sí mismas como parte del mundo occidental. La nueva administración Trump está empujándolas a tomar una decisión. Su alianza con Occidente será puesta a prueba.
La única certeza por ahora es que habrá más inestabilidad en ALC. Esto, a su vez, reforzará la ya existente cultura política cortoplacista porque lo principal para los gobiernos será sobrevivir. El largo plazo no está en la agenda. Esto, de nuevo, choca con los principios de la IFR que requieren una visión de largo plazo.

La distancia no sólo es geográfica
El neoliberalismo ha pasado factura a la población de ALC. Los avances en la reducción de pobreza extrema y pobreza monetaria no se han visto traducidos en un desarrollo real que garantice los derechos económicos y sociales de los latinoamericanos. La mayoría de la población sufre de, al menos, un tipo de vulnerabilidad. Por ello, anhelan estabilidad, seguridad, y desarrollo real.
Muchas de estas aspiraciones coinciden con los valores de la CFC, pero para llegar a conocer la propuesta china es necesario nadar en océanos de desinformación. Tanto académicos como medios quienes son los responsables de generar y difundir información no están cumpliendo su rol, en ambos lados del Pacífico.
Desde el lado chino, los académicos están más guiados por análisis de mercado e inversiones chinas o por una idealización de la región por su pasado revolucionario. No hay un punto medio. Desde el lado de ALC, la historia no es muy diferente. Académicos que no salen de su burbuja universitaria, leen la realidad china a través del filtro occidental.
Por su parte, los medios chinos no quieren ni ver un análisis serio de ALC. Prefieren entrevistar a supuestos especialistas que les dicen lo que quieren escuchar. Mientras que los medios masivos de ALC sólo se dedican a copiar y pegar noticias de medios occidentales. El corresponsal latinoamericano en China es una especie casi en extinción.
Para poder escribir un nuevo capítulo es requisito que se prioricen los intercambios entre personas para poder trabajar sin importar quién sea el gobernante de turno. No es posible construir con quien no se conoce. Para esto, China necesita mejorar su poder blando en la región. No es una tarea fácil, pero ya lo han hecho antes.
Entre los sesenta y setenta, China estableció la política de la "diplomacia de los pueblos" la cual fue fundamental para cambiar el estado diplomático del país. Miles de personas del Tercer Mundo vinieron para visitar e incluso trabajar. Luego, presentaron lo que vieron al mundo. En muchos países, los viajeros tuvieron un rol clave en el proceso de apertura de relaciones diplomáticas.
Además, en ALC había revistas, programas de radio y hasta libros de la editorial de Lenguas Extranjeras que eran consumidos por jóvenes, aún en tiempos en los que estuvieron prohibidos.
Para poder escribir el nuevo capítulo que China ha propuesto, los pueblos de ALC deben ser parte de él. Para esto, no basta con fortalecer la relación entre Estados, hay que también ganarse el corazón de la gente.
La respuesta está en el quinto programa que propuso el presidente chino en su discurso.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.