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Alausí: el tren de la esperanza
Un fantasma de un pasado reciente. Una ciudad en medio de los Andes donde su gente mantiene el recuerdo de una vida otrora dulce. Se trata de Alausí, una población ecuatoriana maniatada por una decisión del Gobierno que la privó de su mayor motor económico: la turística ruta ferroviaria Nariz del Diablo. Pese a todo, sus vecinos aún albergan la esperanza de volver a ver el trasiego de los andenes de la estación rebosantes de pasajeros y hoteles y restaurantes repletos de huéspedes y comensales.
Se trata de una ciudad con unos 6.000 habitantes, en su mayoría indígenas, que basan su economía en la agricultura y la ganadería. Su principal ruta de acceso está parcialmente habilitada debido a derrumbes, varios de ellos por lluvias, por lo que muchos conductores deciden tomar vías alternas.
Esto afecta fundamentalmente a la llegada de turistas, lo que dificulta la vida en la provincia de Chimborazo, la más pobre de la región Sierra, que tiene el mayor índice de desnutrición infantil a nivel nacional, superando el 35 %. Además, más del 60 % de la población no tiene sus necesidades básicas satisfechas.
Alausí, uno de los mayores centros turísticos de Ecuador, fue declarado en 2019 'pueblo mágico' por su riqueza natural, cultural, arquitectónica, así como por su legado ferroviario y la seguridad. Su patrimonio es incluso arqueológico, por ser un punto crucial del Camino del Inca, principal vía de comunicación del Imperio incaico.
Pero unos meses después, el Gobierno de ese entonces, encabezado por el presidente Lenín Moreno, anunció el cierre del tren Ecuador argumentando que generaba pérdidas, acabando así con el flujo de turistas. En el centro de la localidad todavía se encuentra la estación, que recibía aproximadamente a 60.000 turistas al año.
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