
Venezuela: creencias y rituales
En Venezuela, la religión no es un monolito. Es un crisol vivo donde conviven el catolicismo, las creencias indígenas, las religiones afrodescendientes y los cultos sincréticos. Un equipo de RT recorrió el país para explorar esta compleja y poderosa espiritualidad popular, participando en rituales, escuchando testimonios y experimentando de primera mano la intensidad de estas prácticas.

Sorte y la Reina de la Naturaleza
El viaje comienza en el estado Yaracuy, donde la montaña de Sorte se erige como epicentro del culto a María Lionza, figura central del espiritismo venezolano. Sus fieles la veneran como una diosa madre, protectora de la naturaleza y de la vida.
En este lugar sagrado se realizan rituales como la danza sobre el fuego o el vidrio, actos de trance y devoción donde los creyentes aseguran no sentir dolor físico gracias a la posesión espiritual. María Lionza no está sola: la acompañan Guaicaipuro y el Negro Felipe, formando la triada de Las Tres Potencias.
Las cortes espirituales —la India, la Médica, la Malandra, entre otras— organizan el universo místico del espiritismo. Una de las más populares es la Corte Malandra, cuyo líder, Ismael, es venerado como una especie de Robin Hood caraqueño.
Creencias africanas: Osha, tambor y oráculos
La diversidad religiosa también se expresa en prácticas de raíz africana como la Osha, que sus practicantes definen como una filosofía de vida y no como religión. Celebraciones como el tambor para Oshun o la consulta con oráculos hechos de coco (chamalongos) muestran cómo estas creencias, llegadas a América con los esclavizados, se transformaron para sobrevivir.
El santo de todos: José Gregorio Hernández
El recorrido incluye también a José Gregorio Hernández, el llamado "médico de los pobres", recientemente canonizado por la Iglesia católica. Su figura une a creyentes de todas las clases y credos, y su santuario en Caracas es uno de los más visitados del país.
Este viaje espiritual por Venezuela revela que, más allá del dogma, lo que une a todos estos cultos es una búsqueda compartida: entender el mundo, hallar sentido a la vida y sentirse parte de algo más grande. En un país marcado por la diversidad, la fe se manifiesta con fuerza, en libertad y en sus múltiples formas.