En EE. UU. impunidad y negligencia en otra muerte de un niño ruso
Otra muerte de un niño de origen ruso queda en la impunidad en Estados Unidos. Un juzgado exculpó a un ciudadano estadounidense acusado del asesinato premeditado de su hijo adoptivo de 1,5 años de edad. Durante seis años la dirección estadounidense guardó silencio sobre el incidente.
Según informó el representante del presidente de Rusia para los Derechos del Niño, Pável Astájov, Isaák Dykstra, procedente de la región siberiana de Krasnoyarsk, murió tras pasar solo tres meses en su nueva familia, en el estado de Iowa, el 14 agosto del 2005.
Inicialmente a su padre adoptivo, Brian Dykstra, lo acusaron del homicidio del bebé, sin embargo, el ciudadano estadounidense fue libertado bajo fianza de 15.000 dólares y no pasó ni un día en la cárcel. "Desde el inicio, Dykstra negaba su culpa e insistía en el historial de enfermedades que tenía el menor y que según él le causaron la muerte", indicó Astájov.
"Por desgracia, la parte norteamericana no cumple con sus responsabilidades", continuó. "Esas que habían existido también antes de la firma del acuerdo sobre colaboración en las cuestiones de adopción entre EE. UU. y Rusia. Deben informarnos no solo sobre cómo se sienten nuestros niños en familias norteamericanas, sino sobre los casos trágicos".
"En la mitad de los casos de este tipo, los acusados fueron liberados o recibieron una condena condicional. Se trata de una suavidad inadmisible para los castigos y de unos procedimientos inadecuados. Y esto ya es una tendencia para la justicia norteamericana".
'Un silencio sepulcral'
Todo este tiempo en EE. UU. se estaba investigando el caso, aunque las autoridades estadounidenses no se lo informaron a la parte rusa. Solo tras esperar un tiempo desde que se dictó la sentencia absolutoria a Dykstra hicieron una declaración oficial sobre el asunto.
Los funcionarios norteamericanos han expresado su pena por su incapacidad de organizar el trabajo, no solo para avisar oportunamente A Rusia sobre el fallecimiento de algunos de sus ciudadanos, sino también para proteger a los derechos de los adultos, citó en la declaración el defensor de los derechos ruso.
¿Justicia en defensa de los asesinos?
Hasta el momento en el territorio de Estados Unidos han muerto ya 19 niños adoptivos de origen ruso. Doce de ellos fueron asesinados al estar bajo custodia de familias estadounidenses en el 2006. Tras ser informada sobre esos casos, la parte rusa endureció las exigencias de la adopción de los niños rusos para los extranjeros. Sin embargo, se han conocido nuevos casos.
El último que tuvo gran resonancia ocurrió en agosto del 2009. Entonces en EE. UU. fue asesinado Vania Skorobogátov, de 7 años, que recibió diversos traumatismos cerebrales causados por sus padres adoptivos, el matrimonio Craver de Pensilvania. Los médicos no pudieron ayudarle, en parte por el difícil grado de desnutrición que tenía. No obstante, un juzgado de Nueva York declaró culpable al matrimonio de homicidio no premeditado y los condenó a 16 meses de cárcel. Poco después Michael y Nanette Craver fueron excarcelados.
Datos de Astájov señalan que últimamente en EE. UU. se ha registrado "una tendencia peligrosa": se liberan de responsabilidades a los ciudadanos estadounidenses, cuya actividad "con o sin premeditación" provocó el fallecimineto de los niños adoptivos rusos. "Exigimos que las autoridades estadounidenses tomen urgentamente medidas adecuadas para proteger a 60.000 bebés de origen ruso que viven en el país actualmente", declaró.