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La clave para un cerebro sano: cómo la alimentación podría prevenir la demencia

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Científicos creen que comprender la relación entre el intestino y el cerebro podría ayudar a ralentizar el avance de enfermedades neurodegenerativas.
Imagen ilustrativa

La alimentación influye directamente en la salud cerebral a través del eje intestino-cerebro, por lo que un microbioma intestinal equilibrado podría desempeñar un papel clave en la inmunidad y en el riesgo de padecer enfermedades.

Científicos del Instituto Quadram y del Hospital Universitario de Norfolk y Norwich, en el Reino Unido, sugieren que la comprensión de la relación entre el intestino y el cerebro, conectados directamente a través del nervio vago, un sistema de comunicación bidireccional, puede ayudar a ralentizar el avance de enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Parkinson.

En este sentido, el equipo está estudiando las interacciones entre la microbiota y las células inmunitarias de las mucosas para comprender cómo se establece un microbioma sano, que aún pueda defenderse contra patógenos transmitidos a través de los alimentos.

Millones de microbios, como bacterias, hongos y virus, conforman el microbioma intestinal que es fundamental para diversas áreas de la salud. En él se generan ácidos grasos de cadena corta, hormonas que regulan el apetito y neurotransmisores como la histamina y la dopamina. 

"El intestino contiene la mayor cantidad de neuronas fuera del cerebro", afirma el profesor Simon Carding, que dirige el Programa de Investigación sobre Alimentos, Microbioma y Salud, por lo que a menudo se le llama el "segundo cerebro". Estas neuronas transmiten señales eléctricas y químicas que llegan al cerebro a través del torrente sanguíneo o el sistema nervioso.

Segun Cardingm, la pérdida de microbios intestinales productores de dopamina podría contribuir al desarrollo de la enfermedad neurodegenerativa de Parkinson, mientras que su restauración "podría tener un impacto positivo en la progresión de la enfermedad".

Fomentar un microbioma diverso

A medida que envejecemos, el microbioma intestinal se vuelve menos diverso debido a factores como el estilo de vida y enfermedades crónicas. Esto puede aumentar la permeabilidad intestinal, permitiendo que sustancias nocivas lleguen al torrente sanguíneo y podrían agravar la inflamación cerebral.

Para fomentar un microbioma diverso, se recomienda consumir 30 tipos de alimentos vegetales a la semana. Mientras que una dieta rica en fibra podría reducir la inflamación cerebral, mejorando así la cognición. Alimentos fermentados son especialmente beneficiosos, ya que aportan probióticos y nutrientes que favorecen la salud intestinal y, por ende, la salud cerebral.

La salud bucal también jugaría un rol importante, ya que bacterias dañinas en la boca pueden afectar la microbiota intestinal e influir en la salud del cerebro. Por ello, los científicos examinan si los cambios en las bacterias bucales podrían ser una señal temprana de demencia, incluso antes de que observemos síntomas de la enfermedad.

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