Las autoridades de Polonia obligaron a los diplomáticos rusos a cerrar el Consulado General de Rusia en Gdansk para el 23 de diciembre. "Todos los empleados deberán abandonar el territorio de Polonia hacia esa fecha", dijo el encargado en los asuntos de Rusia, Andréi Ordash, este miércoles.
Según el diplomático, Varsovia reaccionó de esta manera a la presunta implicación de Moscú en los recientes actos de sabotaje en una línea ferroviaria, para lo cual las autoridades polacas no citaron pruebas, mientras alegaron que los sospechosos de haberlos perpetrado son ciudadanos de Ucrania.
Esta misma jornada, el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, dijo al Sejm (el Parlamento de Polonia) que su servicio ha decidido poner en práctica su amenaza anterior sobre el cierre del último Consulado que queda a los rusos debido a que el país euroasiático "está intensificando" sus ataques. Aseguró, por otro lado, que Polonia no tiene planes de romper relaciones diplomáticas con Rusia.
El secretario de prensa de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, valoró en respuesta que "las relaciones con Polonia se han degradado completamente". El vocero divisó en esta tendencia "las ganas de las autoridades polacas de reducir a cero cualesquiera posibilidades para los vínculos diplomáticos o consulares".
A su vez, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, adelantó que "a modo de una represalia, la parte rusa reducirá la presencia diplomático-consular de Polonia" en su territorio, en respuesta a dicho cierre.
