Un hombre británico, identificado como Dan Perry, pasó de sufrir una simple mordedura de gato a un auténtico calvario médico que casi le hace perder el dedo, reporta LAD Bible.
Todo comenzó cuando un gato callejero entró de madrugada a su casa y, al intentar sacarlo con cuidado, el animal se aferró a su dedo índice durante más de 20 segundos. "Sabía que no era una mordedura normal, me dolía muchísimo", contó Dan, quien acudió de inmediato a urgencias consciente del riesgo de infección.
"Pensé que no sería grave"
A pesar de recibir antibióticos, su estado empeoró rápidamente: el dolor se volvió insoportable, su función cognitiva comenzó a fallar y su dedo empezó a verse como si estuviera 'licuado', de color negro y a desprender mal olor. Los médicos descubrieron que había contraído 'Pasteurella', una bacteria común en animales domésticos, y que la infección le había provocado tejido necrótico.
Dan fue sometido a múltiples desbridamientos (eliminación de tejido no viable) para poder retirar la carne muerta y evitar complicaciones graves como la sepsis. En total, necesitó seis procedimientos, algunos en el quirófano, debido a que la infección había penetrado mucho más de lo que parecía.
Finalmente, recuperándose en casa, Dan quiere que su historia sirva de advertencia. "Era solo una mordedura de gato, pensé que no sería grave", aseveró, insistiendo en que cualquiera que sufra una herida similar debería acudir inmediatamente al hospital y explicar con precisión qué tan profunda fue la mordedura, ya que estas perforaciones se cierran rápido y pueden atrapar bacterias peligrosas y convertirse en una emergencia médica en cuestión de horas.
